sábado, 1 de septiembre de 2012

HÉROES

Ya en casa, tras el día fijado para el encuentro anual de aquella pandilla de los últimos 60 en Coín... Y si en la mañana llegué al encuentro atravesando Entrerríos (Mijas) y vi el desastre y la desolación de aquellos nuestros territorios primeros, el regreso lo he hecho por Monda y Ojén hasta Marbella, sabedor de que ya estaba controlado el fuego...
No tengo muchas palabras; sólo un gesto que se acerca mucho a la rabia y al dolor: ver tanta devastación, allí, donde tus paisajes más propios, es algo insuperablemente espantoso...
Y he visto decenas de vehículos de los cuerpos de bomberos; decenas de camiones militares; retenes de hombres de bien; sí, decenas de hombres agotados de todo... Y quise parar (no pude) para traer aquí testimonio gráfico, al modo de homenaje a los servidores públicos que han trabajado con la decencia de creer y sentir que su esfuerzo es el de todos, ese sentimiento de los pueblos civilizados que no abominan de los trabajadores públicos sino que los elevan a categoría de héroes, conscientes de que gracias a aquellos servicios públicos las sociedades modernas han conseguido bienestar, cultura y respeto ciudadano frente a la barbarie y el cainismo de los cantos de sirena de los llamados liberales que sólo desean lo público como medio de robar y esquilmar los recursos colectivos...
Desolado, sí; pero contento de saber que aún es posible parar tanto regreso. Para ello, hoy, aquella pandilla de los últimos 60 se ha llenado las pilas de ilusión, aquella que también intentan quitarnos; y hoy también he constatado que nunca debemos permitir el que prescindan de los servicios públicos básicos, aquellos que no sólo son necesariamente justos en el mundo moderno, sino que además nos dignifican como seres humanos que sólo pretenden vivir en paz, en libertad y con un mínimo de decencia colectiva, aquella que nos permita no avergonzarnos de nosotros mismos...

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