viernes, 11 de febrero de 2011

La mejor mentira es la que todos quieren creer (Unas notas sobre la coyuntura)


  • Ya sabemos qué y/o quienes han sido los culpables de esta crisis económica mundial: el exceso de liberalismo económico; o lo que es lo mismo, la falta de control sobre los mercados por parte de los poderes democráticos  civiles del mundo desarrollado.
  • También sabemos cual fue la reacción de la mayoría de los países occidentales: sostener el sistema financiero mundial, pues su caída hubiese supuesto la caída de todas las economías productivas.
  • Igualmente, también sabemos que se pasó de implementar políticas keynesianas de inversión y gasto público a imponer un estricto plan de ajuste en Europa, sobre todo la Europa del Sur, so pena de ser intervenidas sus economías, lo que supondría un mayor sacrificio en el ajuste. Objetivo: reducir las deudas soberanas de aquellos países y los déficit públicos, como consecuencia del incremento de gasto para atender los efectos sociales de la crisis financiera.
  • También sabemos de la incapacidad manifiesta de la UE para implementar políticas comunes dados los déficit democráticos de aquella Unión, sólo monetaria, no económica, ni fiscal, ni laboral; precisamente cuando hace falta más Europa. Y así, el Banco Central Europeo, con el Estatuto en vigor, sólo tiene por objetivo la política antiinflacionista; si además tuviese por función la lucha contra el paro, podría comprar bonos directamente a los estados, en vez de prestar al 1% a entidades que luego compran deuda soberana de aquellos miembros de la Unión a tipos escandalosos, obteniendo pingües beneficios especulativos, con la garantía, además, de que el Banco central les garantiza el cobro de aquella deuda. Para entonces proclamamos nuestro asombro ante tanta desvergüenza, consentida e impuesta por los líderes de los países mas poderosos de la Unión (Alemania y Francia), que en vez de construir una Europa Política nos han impuesto un enorme sacrificio en forma de ajuste sin apenas ayudas, más allá de urgentes acciones cuasi clandestinas del Banco Central comprando deuda soberana bajo cuerda.
  • Por último, y para el caso español, el incremento de la tasa de paro se ha disparado en España en los últimos meses como consecuencia del excesivo protagonismo del ladrillo en la economía real, y padecemos un excesivo nivel de deuda privada (la pública lo está en niveles inferiores a la de los países líderes de Europa), como consecuencia de nuestra incapacidad para generar ahorro (estuvimos de fiesta muchos años, como decía Leguina), con lo que la inversión en ladrillo se ha llevado a cabo con ahorro externo. Tenemos una tasa de paro de más del 20% y una deuda privada descomunal, lo que impide que el crédito fluya hacia las familias y las empresas  (sin financiación no hay capacidad productiva), y sin capacidad de consumo, como consecuencia de unos salarios recortados y pensiones recortadas, amén del enorme paro, y con un horizonte cargado de incertidumbres en lo que a vislumbrar una salida de esperanzas se refiere... Todo ello hace que, cuando nuestras autoridades acuden a los mercados para refinanciar vencimientos de deuda, aquellos, temerosos de nuestra capacidad y solvencia de futuro, nos compran los títulos de deuda, sí, pero a tipos muy elevados e insostenibles a largo plazo.

 Y ya los análisis están hechos: las causas; las reacciones; las salidas... En los últimos días hemos sabido de un informe que viene a decirnos que el FMI fue incapaz de prevenir la envergadura de la crisis, ejemplo más que claro de la falta de rigor de que han adolecido todas las instituciones que tenían un papel fundamental en este complejo entramado de intereses poco transparentes en que se ha convertido el sistema financiero internacional. Y en esas estamos...

Y centrándonos en el caso español, el gobierno de ZP ha tenido que ir capeando el temporal, tras negar (como el FMI) la envergadura de lo que se nos venía encima; se nos decía, por entonces, que España estaba mejor preparada que el resto de Europa, y se venía de despilfarrar un indecente superávit (digo indecente porque el gobierno de un país, como España, con tan escaso nivel de estado del bienestar, no podía alardear de tener superávit) que se gastaba en cheques bebé o en regalar 400 €, sin discriminar por rentas, entre otras lindezas, como también quitar los ingresos publicitarios de RTVE o mantener (incluso mejorar) la financiación de la Iglesia Católica. Y llegó mayo y nos llenó de melancolía la posibilidad de la intervención. Y nos impusieron entonces el ajuste más duro que tenemos que soportar en los próximos años, pues nos obliga a crecimientos ínfimos e incapaces de ir absorbiendo las enormes tasas de paro que el exceso de ladrillo ha traído, como consecuencia de la excesiva burbuja inmobiliaria. Y para colmo, la credibilidad de ZP caía a niveles de sepultura, constatando y reconociendo el propio presidente el enorme error de comunicación del gobierno; un día anunciaba una cosa, y en horas la contraria, dando una imagen patética de no enterarse de nada y de no tener capacidad para lo que tenía entre manos. Como consecuencia de este nerviosismo, anuncia una reforma laboral que desde el inicio se plantea mal y acaba siendo ineficaz y con un enorme coste político: una huelga general. Afortunadamente, llevó a cabo la deseada crisis de gobierno y llegó Rubalcaba con plenos poderes y un nuevo ministro de Trabajo, un sindicalista, que han llevado a buen puerto los dos grandes errores de ZP: la ruptura del diálogo social y la lamentable política de comunicación. Ambas han sido reconducidas con éxito, vislumbrándose un exultante Rubalcaba liderando la acción de gobierno (y posible candidato en 2012), y un Ministro de Trabajo que ha recompuesto el diálogo social con un gran acuerdo con los interlocutores sociales, y que van a suponer un antes y un después para el PSOE de cara a los próximos meses.
Y a sólo tres meses de un proceso electoral fundamental (mayo: autonómicas y municipales) y a un año de las generales (marzo de 2012), con unas encuestas nada favorables para el PSOE, quisiera hacer unos comentarios.

  • Sorprende que el PP fardee de tener recetas para salir de la crisis, cuando fueron sus políticas las que nos metieron en esto; las de los neoliberales del pensamiento único (que ellos representan en España) y las que llevaron a cabo, en los años de gobierno de Aznar, que tras el ajuste de Solbes disfrutaron del ciclo expansivo de la economía; y digo disfrutaron porque por entonces, no sólo hablaban catalán en privado (a ellos nunca se les rompe España: lo hacen siempre en privado), sino que además no pusieron freno al desenfreno de la burbuja inmobiliaria porque España iba bien creando más empleo que nadie; tanto, que ya hablaban del pleno empleo todos, pues más tarde ZP siguió aquella estela de un sector, la construcción, que hacía que España superara a Italia en producción; y entonces la meta fue Francia... Eran aquellos años de fiesta, sin pensar en quién pagaría las copas más tarde (Leguina).
  • El gobierno de ZP ha renunciado, inexplicablemente, durante mucho tiempo a incrementar los ingresos; incluso ha desactivado el de patrimonio y ha bajado en exceso el de sociedades, amén de no haber luchado como debía contra el fraude fiscal; el déficit no sólo se ataja reduciendo gastos; también incrementando los ingresos. Por otra parte, debió haber peleado en Europa por un aplazamiento de la política de estabilidad vigente cuando durante seis meses presidía la Unión. Y en cualquier caso, debió haber creado una banca pública que garantizase el crédito necesario para pymes ahogadas y familias con solvencia.

En suma, el PP, envalentonado por las encuestas, alardea de políticas que nos han conducido a esta situación para salir del atolladero en el que aquellas políticas nos metieron (inaudito); y el PSOE ha perdido tanta credibilidad con el gobierno de ZP que tiene muy difícil salvar los muebles, aunque haya rectificado en su política de pactos con los interlocutores sociales y en su política de comunicación, ganando terreno en aquella credibilidad perdida; entre otras cosas, porque el calendario apremia y los otrora brotes verdes que se veían se han marchitado y esto va para largo. Sólo el convencimiento en amplias capas electorales de que con el PP sería más de lo mismo pero sin reparos, sin escrúpulos, y con un cartel electoral, no sólo distinto a ZP, sino capaz de movilizar a un electorado instalado en melancolías de fervores caídos, sólo con estas premisas podría el PSOE intentar salvar los muebles; pero apenas queda tiempo y la debacle o no de mayo será determinante.
De todas formas, lo mejor para España sería un pacto general, político y social, para salir de estas todos juntos. Tal y como están las cosas, no nos queda otra: somos lo que somos, y nos han puesto en nuestro sitio los que mandan de verdad. Como dijo J. Leguina en su blog, hemos estado de fiesta muchos años y ahora hay que pagar las copas. Y nos han dejado solos para pagarlas...

Mientras tanto, exijamos más Europa; una Europa económica, fiscal, laboral, no sólo monetaria; una Europa Política. Y luchemos; no callemos; el silencio es reaccionario; seamos críticos; reivindiquemos el debate, la transparencia, la capacitación... Y estemos atentos: siempre están al acecho; nos quieren dóciles; nos quieren pasivos; sentados; en casa y en silencio... Tomemos nota de lo que está ocurriendo en el mundo árabe... 
Lo comentaba hoy: ya hubiésemos querido echar a Franco como los egipcios han echado a Mubarak. 

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