jueves, 3 de febrero de 2011

EL MILAGRO DE QUE YO DIGA TU ROSTRO...

Los vientos no terminan de llevarse las blanquecinas y escasas nieblas que estropean el horizonte sobre la bahía que abraza al mar; para ocultarlo en su costumbre, quizá, o porque ¡el amor es tan monótono!...
Quizá porque nunca amamos lo suficiente, o porque, como decía Vergilio Ferreira,  “puedo entender las historias que se cuentan de los amantes que se matan para que el amor les sea eterno”...
Hoy siguen las blanquecinas y escasas nieblas estropeando el horizonte sobre la bahía, y, aunque el amor es muy monótono, se poduce, en cambio, el milagro de que yo diga tu rostro...

http://www.goear.com/listen/28a0aaa/cest-lamour-edit-piaf

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Comentarios