“Aquel era el día más hermoso del verano... Aquel día, antes del té, nos bañamos en la alberca que estaba llena otra vez... La tarde era demasiado hermosa como para pensar en reformas agrarias y en el dudoso futuro de España”...
Aquel día, Gamel Woolsey, vió a “Málaga en llamas”; desde su Churriana, donde vivía con Geald Brenan; aquel día se inició la guerra incivil española... Ambos están enterrados en el Cementerio Inglés de Málaga, un bellísimo cementerio protestante donde descansa gente honesta mirando a la imponente bahía de Málaga. Jorge Guillén, Gamel Woolsey, Gerald Brenan y algún que otro ilustrado liberal son algunos de los restos que allí habitan, donde no habita mi olvido. Pero sí habita el olvido de poderes públicos que miserablemente desoyen voces a favor de sus sostenimiento y decoro. Y digo deshonestamente, porque un pueblo, una ciudadanía, que olvida su memoria más noble, más decente, siempre será un pueblo hosco, y una ciudadanía premoderna y deshonesta...
Hoy, en este amanecer tan hermoso, tan plácido, como aquel, lleno de su luz y decoro, he recordado aquellas primeras palabras de Gamel Woolsey, como reclamo y en voz alta, de lo que otros pueblos a los que aspiro ya tendrían resuelto en el pasado.
Es la decencia de la memoria, donde no habita el olvido...
http://www.goear.com/listen/
Aquel día, Gamel Woolsey, vió a “Málaga en llamas”; desde su Churriana, donde vivía con Geald Brenan; aquel día se inició la guerra incivil española... Ambos están enterrados en el Cementerio Inglés de Málaga, un bellísimo cementerio protestante donde descansa gente honesta mirando a la imponente bahía de Málaga. Jorge Guillén, Gamel Woolsey, Gerald Brenan y algún que otro ilustrado liberal son algunos de los restos que allí habitan, donde no habita mi olvido. Pero sí habita el olvido de poderes públicos que miserablemente desoyen voces a favor de sus sostenimiento y decoro. Y digo deshonestamente, porque un pueblo, una ciudadanía, que olvida su memoria más noble, más decente, siempre será un pueblo hosco, y una ciudadanía premoderna y deshonesta...
Hoy, en este amanecer tan hermoso, tan plácido, como aquel, lleno de su luz y decoro, he recordado aquellas primeras palabras de Gamel Woolsey, como reclamo y en voz alta, de lo que otros pueblos a los que aspiro ya tendrían resuelto en el pasado.
Es la decencia de la memoria, donde no habita el olvido...
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