(Para Andrés Arenas, que me enseña a soñar cada vez que tengo la suerte de estar con él)
Tras un día pleno de diversas emociones, todas importantes y de las que escasean, regresar es iniciar la memoria...
Porque se va para regresar; y se regresa para recordar que un día de enero lluvioso se inició, al fin, un cierto y real principio de aquello que en otro día de primavera de hace casi dos años soñamos como necesario, como deseable, como posible. Porque si la utopía nos sirve para caminar (Galeano), soñarla es empezar a andar hacia su horizonte, aquel que siempre permanece vigilante...
Y la vida, de vez en cuando en sus asuntos, nos lo corrobora: sin soñarlos no hay proyectos; como sin desearla nunca habrá ternura...
¡Ay!, la tendresse....
http://www.goear.com/listen/
Tras un día pleno de diversas emociones, todas importantes y de las que escasean, regresar es iniciar la memoria...
Porque se va para regresar; y se regresa para recordar que un día de enero lluvioso se inició, al fin, un cierto y real principio de aquello que en otro día de primavera de hace casi dos años soñamos como necesario, como deseable, como posible. Porque si la utopía nos sirve para caminar (Galeano), soñarla es empezar a andar hacia su horizonte, aquel que siempre permanece vigilante...
Y la vida, de vez en cuando en sus asuntos, nos lo corrobora: sin soñarlos no hay proyectos; como sin desearla nunca habrá ternura...
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