Desde esta parte de Galicia, el escritorio galego, sólo un deseo: que los días venideros nos sean leves, sin apenas sobresaltos excepto la rebelion.
Hace un sol tan soberbio como placentero en su poderio. En ratos, salgo a la vida. Tras otro paseo sentimental por la ciudad de Pontevedra, terminaré el aperitivo en Bueu, en Beluso, lugar magico desde donde uno se eleva mas allá de lo mezquino y vulgar. . .
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