Abro los ojos y veo la vida. Son las mañanas de domingos vagos, sin asuntos, sin mercancías; encamado en ese lugar, aquel territorio, desde donde imagino el mundo insaciable de luz; esa luz que acaricia el calmo mar al orillar la tierra donde habito, aquel territorio al que vinimos al mundo para, al abrir los ojos, ver la vida...
Abro los ojos y veo la vida; y abro los sentidos y miro la luz amarilleando las plateadas copas verdes de los pinos que bailan al sonido del aire...
Abro los ojos y veo la decencia de estar dispuesto a vida: son las pequeñas cosas de los amaneceres en domingos vagos, sin asuntos, sin mercancías...
Al abrir los ojos, al nacer de nuevo a la vida...
Abro los ojos y veo la vida; y abro los sentidos y miro la luz amarilleando las plateadas copas verdes de los pinos que bailan al sonido del aire...
Abro los ojos y veo la decencia de estar dispuesto a vida: son las pequeñas cosas de los amaneceres en domingos vagos, sin asuntos, sin mercancías...
Al abrir los ojos, al nacer de nuevo a la vida...
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