Bonjour, mes amis de Fb... Cuenta Juan Gelman en el especial 1.000 de “BABELIA” que “hace más de dos mil años le preguntaron al poeta indostán Qu Yuan qué era la poesía. Se quedó pensando en la respuesta y nunca más habló...”
Las mañanas grises, ventosas de aguas, de este último enero, nos hacen reflexionar en los excesos de tinieblas que nos trae la crisis de la modernidad. Cuando aún somos la vida... Porque pocos son los que ya no alcanzan a ver sus consecuencias: el mundo nos lo han vuelto a robar.
Por fortuna para muchos, hemos sabido tener muchas armas; al menos para disparar al aire, ese aire que día tras día se ensucia de mentiras, de fervores caídos y de horizontes tristemente alcanzados y que creímos lejanos como un castigo imposible. También por fortuna, y para otros, nos queda la poesía, eso que quizá sólo sirva para sublimar inciertas almas perdidas en la muchedumbre de la barbarie humana. Y como no, siempre nos quedará también Venecia...
Pero quizá, como a Qu Yuan, nos haga enmudecer de por mundo: porque “el techo que (el poeta) no tiene es infinito” (Juan Gelman)...
P.D. Siempre que llegan estos días ventosos y tristes me creo en Venecia leyendo a poetas persas, y oyendo este adagio prodigioso....
http://www.goear.com/listen/
Las mañanas grises, ventosas de aguas, de este último enero, nos hacen reflexionar en los excesos de tinieblas que nos trae la crisis de la modernidad. Cuando aún somos la vida... Porque pocos son los que ya no alcanzan a ver sus consecuencias: el mundo nos lo han vuelto a robar.
Por fortuna para muchos, hemos sabido tener muchas armas; al menos para disparar al aire, ese aire que día tras día se ensucia de mentiras, de fervores caídos y de horizontes tristemente alcanzados y que creímos lejanos como un castigo imposible. También por fortuna, y para otros, nos queda la poesía, eso que quizá sólo sirva para sublimar inciertas almas perdidas en la muchedumbre de la barbarie humana. Y como no, siempre nos quedará también Venecia...
Pero quizá, como a Qu Yuan, nos haga enmudecer de por mundo: porque “el techo que (el poeta) no tiene es infinito” (Juan Gelman)...
P.D. Siempre que llegan estos días ventosos y tristes me creo en Venecia leyendo a poetas persas, y oyendo este adagio prodigioso....
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