lunes, 29 de noviembre de 2010

REFLEXIONES

Ya sabemos qué nos ha traído hasta aquí: una enorme especulación financiera mundial que ha campado a sus anchas por el mundo sin controles y sin que las autoridades monetarias respectivas hayan estado atentas a sus dañinos movimientos especulativos. Y todo ello en un contexto de Unión Europea sólo monetaria, que no económica, ni laboral , ni fiscal, ni, por supuesto, política, con una implantación del euro como moneda europea, moneda que no comparten países de la importancia de Reino Unido y los nórdicos, a excepción de Finlandia.
La consecuente recesión económica de las economías occidentales, por mor de aquellas consentidas especulaciones financieras, se ha producido de distinta manera según qué país y según qué estructura económica concreta. Y así, en un contexto tan mayoritario de pensamiento llamado único (conocido como el pensamiento liberal, neo-liberal, neo-con, etc) que desde los años 80 y desde la caída del Muro de Berlín inunda los ámbitos políticos y sociales del mundo occidental, incluida la izquierda política democrática, que renunció a su ideario libertador de las clases más oprimidas en favor de la llamada igualdad de oportunidades, amén de abanderar políticas favorables a los intereses liberales, privatizando para ello lo que quedaba del sector público empresarial en las economías europeas, ha supuesto la primacía del mercado sin regulación frente a todo tipo de ordenamiento legal que amortigüe las imperfecciones de aquel, sobre todo en sus aspectos sociales, financieros o fiscales.
Para más inri, todo este proceso se produjo en un contexto generalizado en el sur de Europa de bajos salarios, bajos tipos de interés y con una escasa capacidad de ahorro, por tanto. Y en el caso de España, los gobiernos de los últimos 10 años hasta 2008 hasta obtenían superávit en sus cuentas públicas, como consecuencia de una intensa demanda interna vía consumo privado, consumo que se financió con endeudamiento, dada la escasa capacidad de ahorro de las familias y empresas, y dado el escaso nivel de desarrollo de nuestro estado del bienestar, amén del bajo tipo de interés y la voracidad comercial de las entidades financieras que casi te regalaban los productos al financiártelos a larguísimos plazos, y de un crecimiento espectacular del sector inmobiliario que creaba mucho empleo. Era aquello de "España va bien" y de que creaba más empleo que toda la Unión Europea. Y para ello, además, desgravaban fiscalmente las compras de activos inmobiliarios, sabiéndose desde hacía años que se estaba inflando en exceso la burbuja inmobiliaria; pero miraban para otro lado, pues España seguía yendo bien y se seguía creando empleo: ¡si hasta el fracaso escolar era absorbido por el ladrillo! O peor: el ladrillo era tan boyante que produjo fracaso escolar en gran medida; era corriente ver por los pueblos de España a jóvenes sin estudios montados en unos aparentes BMW de alta gama y todos con el mismo perfil: el llamado fracaso escolar ganando dinero a destajo en la construcción de viviendas. 
Y en ese contexto de euforia colectiva, Zapatero anunció el cheque bebé para todos los nacimientos sin discriminar por rentas, y al poco, la devolución de 400 € para todas las declaraciones de IRPF, también sin discriminar por rentas. Al mismo tiempo, desactiva el impuesto sobre el patrimonio y reduce el tipo del impuesto de sociedades. Sobraba tanto el dinero que lo regalaba demagógicamente, en vez de gastarlo en crear un mínimo de estado del bienestar en aspectos como los mayores y sus atenciones domiciliarias por profesionales geriátricos.
Al mismo tiempo, nuestro gobierno seguía sin reconocer la gravedad de la situación: una profunda crisis financiera estaba amenazando la economía real, como hemos dicho, basada en un excesivo sector inmobiliario financiado con ahorro externo. Y claro, estalló la burbuja, aparecen grandes bolsas de desempleo, y el estado tiene que gastar más de la cuenta: Se pasa así del superávit de las cuentas públicas a un déficit por encima del 10%, y se incrementa enormemente la deuda pública antes de disparar el déficit público, y con más razón, dada la baja deuda pública que teníamos respecto a la media de la Unión Europea.
Para colmo, el señor Rajoy ve la oportunidad de gobernar, pues la crisis se llevará por delante a los socialistas. Un señor Rajoy que fue Vicepresidente del gobierno de Aznar, aquel gobierno que decía aquello de que España iba bien; y sí, iba bien, pero bien directa al precipicio de la burbuja inmobiliaria que ellos alimentaron, como siguió alimentando ZP. Y claro, como son tan patriotas siguen erre que erre insistiendo como aquel, ¡váyase, señor Zapatero!, en vez de estar apoyando al gobierno ante un golpe tan enorme a nuestra soberanía, como aquel día de este mayo pasado, cuando los especuladores, una vez saneados por los poderes públicos, volvieron a las andadas, amenazando la soberanía española de una manera tan desvergonzada como innecesaria; y ZP se descompone y pliega velas. Y propone, así, un enorme recorte de gasto público que sólo traería más desempleo y desapego social al proyecto socialista. Además, propone una reforma laboral innecesaria que ha traído el enfrentamiento con los sindicatos y con su base social; y el PP, pescando votos de aquel desapego y dando discursos poco patrióticos, como nos tienen acostumbrados estos patriotas.
En resumen: España es víctima de un exceso de ladrillo sin vender, financiado con ahorro externo y que debemos en gran medida; es cierto que la deuda pública no es excesiva, pero la privada sí lo es; y así lo dicen los mercados (ese eufemismo con el que llaman a los especuladores), que cuando se acude a ellos con el fin de refinanciar deuda para atender vencimientos a corto de esta, cada vez tenemos que venderla con mayor coste en términos de interés por culpa de un supuesto nivel de riesgo superior al de Alemania. Y nos amenazan con que, o solucionamos con reformas lo que llaman problemas estructurales de la economía española (que no es más que imponernos políticas liberales de recortes de gastos públicos y servicios sociales), o nos financiarán menos deuda y más cara, porque, según ellos, la economía española no tiene la solvencia ni la garantía suficiente para ser un país solvente, sino que es un país con un enorme riesgo de insolvencia y de impago de aquella deuda; a todo ello, nos presionan en esa misma dirección el Banco Central Europeo, la Unión Europea, el FMI, la OCDE, etc... Y nos exigen más esfuerzos de contención de gastos; pero más contención de gastos hará inviable el crecimiento; y sin crecimiento no habrá capacidad ni solvencia para pagar los préstamos y sus intereses... Y en esa espiral nos encontramos.

En resumen: ciertamente, hemos vivido por encima de nuestras posibilidades. Pero hemos sido engañados por nuestros representantes políticos, y hemos sido estafados por el sistema financiero, sistema financiero que nuestros representantes políticos tenían que haber regulado y controlado; así que, por omisión, ellos, nuestros representantes políticos, son los verdaderos culpables de todo este desaguisado y de toda esta enorme estafa nacional. Y tendremos que salir de este engaño; y habrá que hacer esfuerzos; pero los ciudadanos no debemos quedarnos pasivos ante este atropello a nuestros intereses, a nuestro patrimonio y a nuestra dignidad. Y desde luego, ese esfuerzo no pude ser sólo sustentado por las clases medias de este país. Es una indecencia los beneficios que siguen obteniendo los grandes bancos, bancos que al parecer aún no nos han dicho toda la verdad; como nos mintieron los curas de Cajasur, que no se deben de ir de rositas.

Y como ciudadanos europeos nos preguntamos

-¿Por qué se ha consentido llegar hasta aquí sin ayudas directas de la Unión Europea?
-¿Por qué el Banco Central Europeo no se convierte en un verdadero Banco Central y emite bonos europeos con la solidaridad de todos sus miembros?
-¿Por qué el Banco Central Europeo no financia directamente a las economías nacionales con problemas?
-¿Por qué el Banco Central Europeo no compra bonos españoles o portugueses al 1%, precio del tipo oficial?
-¿Por qué se nos deja solos cuando es un problema europeo y del euro?
-¿Por qué se consiente que los llamados mercados (meros especuladores con nombre y apellidos) pongan en cuestión la soberanía de muchos países europeos?
-¿Por qué se imponen reducciones de gasto público en épocas de recesión económica, cuando sólo traerá mas desempleo y más cierre de empresas auxiliares?
-¿Por qué se sigue manteniendo el plan de estabilidad, plan que se diseñó para un ciclo de crecimiento económico? ¿Por qué el límite del 3% de déficit público?
 Mientras nos contestan a estas preguntas, entiendo que hay culpables que no se pueden ir de rositas. Y todos tienen nombre y apellidos. 

Dada la situación, ya hay voces que dicen que es mejor ir ya negociando con el FMI y la UE las condiciones de un posible rescate antes de que los mercados sigan castigando nuestra deuda y tener que pagarla más cara aún... En cualquier caso, nuestra soberanía ya no existe: estamos en manos de los especuladores y de los liberales ortodoxos. Y nos van a obligar a tal nivel de ajuste que no sé si socialmente este país va a ser capaz de soportarlo en paz.



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