martes, 2 de noviembre de 2010

EL CAMBIO DE HORA

Amanece más en mañana; el cambio de hora eleva el sol a los cielos más altos; allí, donde habitan los abismos... Y el día, al comenzar la mañana limpia tras los vientos y las lluvias, inicia así su tránsito hacia lo inevitable: la luz es tan clara, y el aire tan levemente movido, que la mañana parece un cuento sublime en belleza y en grandiosidad ...
La mar, entonces, aparece espléndida y lo absorbe todo: es su muchedumbre; es su poderío; es su enorme multitud, tan inmensa como su infinita hermosura.
La mañana, para entonces, es espectacular. Y para acompañar tanta gloria, suenan bandas sonoras con voces lisboetas, pessoanas y mediterráneas... 

Como este mar que me lleva y trae por la vida y sus lamentos...

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