domingo, 21 de noviembre de 2010

AQUELLOS OTROS OTOÑOS...

La espléndida luz de este amanecer tardío de domingo, sin nada que hacer más allá de la memoria, me ha recordado aquellos domingos de otoño de mi juventud, cuando ya dejamos de ir a las misas obligadas, con menoscabo de ciertos afectos... Nos reuníamos en la Alameda, y salíamos al campo a pasear con las chucherías de entonces. Y regresábamos, a la hora del almuerzo, con todo el sol de aquellos otoños también primaverales metido en las entrañas. Y ya, al atardecer, con las primeras humedades encendíamos la chimenea; y entre humos, silencios, amigos, hermanos, primos, iban pasando aquellas terribles horas de la melancolía y los dolores; de volver pronto, el lunes, al horror del colegio, al espanto de los curas Agustinos, a las miserias de sus terribles y oscuras mentiras... Por aquellos entonces, nadie se apiadaba de nosotros, los niños aquellos que nacimos en la posguerra de aquella espantosa España...
Y oíamos ya estas canciones, versionadas por nuestros héroes de entonces, y que denunciaban así aquel 11 de septiembre de 1973, donde se afianzó mi actitud moral ante el mundo...

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