jueves, 8 de marzo de 2018

8 DE MARZO (II)

Cuando va acabando un día que ha supuesto un éxito de visualización del problema de la desigualdad entre hombres y mujeres, tanto en lo que respecta a la distribución de la masa salarial global, como en los aspectos sociales, donde la mujer sigue siendo víctima de abusos y violencias machistas de todo tipo, más allá del asunto de la maternidad como elemento fundamental y que condiciona gran parte del problema, y con el fin de que este éxito no caiga en el olvido, haré una leve descripción del problema y de sus actores para acabar proponiendo una serie de medidas...
1. Sobre la brecha salarial: Entiendo que cuando se habla de este asunto se refiere a la distribución de la masa salarial global, en el sentido de que la mujer cobra menos porque trabajará menos horas, horas que prefiere o pacta con la empresa para dedicar a su familia; porque, y dado que la legislación española no lo permite, si por el mismo trabajo y el mismo horario laboral la mujer cobrase menos que el hombre, tanto los sindicatos como los inspectores de trabajo tendrán que decir algo, digo yo!!!. Por tanto, espero que esa brecha salarial sea por el motivo expuesto: la mujer decide trabajar menos horas para dedicar más tiempo a criar a sus hijos, por ejemplo, o a cuidar de sus mayores, o dedicarlo a su familia o a tomar café, por decir algo. Pero si el asunto por el que trabaja menos horas es por cuidar de su bebé, ahí los poderes públicos deben actuar, en el sentido de subvencionar lo que deja de cobrar aquella mujer que abandona su trabajo para dedicarlo a la crianza de su bebé; se dirá que la crianza es compartida, ¿pero cuántas mujeres hay con hijos y sin pareja?... Del mismo modo, si necesita trabajar menos para cuidar a sus mayores enfermos, volvemos a lo mismo: los poderes públicos tienen que suplir dos hechos; uno, la caída salarial consiguiente y una ayuda por dependencia, bien en metálico o en especie con personal ad hoc.
2. Desigualdad entre hombres y mujeres en los ámbitos de las cadenas de mando de la sociedad civil o política: Este asunto es fundamentalmente un asunto de educación, de respeto y de reconocimiento. Y es donde más se visualiza el machismo de una sociedad; una sociedad que en apenas 50 años venía de un terrible dictadura donde la mujer no podía siquiera tener cuenta corriente en un banco... Por tanto, ahí hay mucha labor de todos, sociedad civil y, por supuesto, poderes públicos.
3. Desigualdad en el reparto de las tareas domésticas: Este asunto, como el anterior, hay que contextualizarlo en el momento histórico de nuestro país; y aunque se ha avanzado mucho, aún queda mucha tarea por hacer. Y ojo: la mujer es la que sigue siendo la que más tiempo dedica a la educación de sus hijos en el ámbito familiar; por tanto, la que produce los modelos a seguir por sus hijos, con el riesgo de reproducir machistas a gogó: me sorprende lo machistas y violentos que son las parejas de adolescentes de hoy; a veces siento que son mucho más machistas que lo éramos nosotros, cuando en teoría han debido ser educados para la libertad y la igualdad.
4. La que llamamos violencia de género o doméstica y que prefiero llamar de criminales y/o asesinos, y de los abusos con menores: Creo que no estamos peor que los países de nuestro entorno en este asunto; hoy me quedé helado al saber que en el Reino Unido hay dos asesinatos de mujeres por sus parejas cada semana; multiplicamos por 52 y salen 104 asesinatos de mujeres a manos de sus parejas. En la mayoría de estos casos, son reincidentes, lo que ha llevado a los países de nuestro entorno a la famosa Prisión Permanente revisable, con la que estoy de acuerdo en mantener -e incluso ampliar los casos- en España. Y aquí hay mucho cinismo sobre el asunto y mucho postureo y buenismo estéril.
Una vez analizados todos los aspectos fundamentales de las desigualdades (y sus efectos) entre el hombre y la mujer en un contexto de machismo cultural y ancestral, propongo las siguientes acciones:
a) Sobre la brecha salarial, cuando no es por voluntad propia la reducción de jornada, serán los poderes públicos los que suplan aquellas diferencias salariales.
b) Sobre diferencias en número en las cadenas de mando: Propongo que los poderes públicos sean los primeros en dar ejemplo y, en la medida de lo posible, ofrecer mayores cuotas de mujeres en todos los ámbitos del poder político, legislativo y judicial, de manera activa.
c) Sobre el reparto de las actividades domésticas, aun siendo ámbitos privados, los poderes públicos deben ser activos militantes de aquel reparto; desde campañas permanentes de publicidad, hasta políticas educativas ad hoc en un gran pacto nacional sobre el asunto.
d) Sobre los violentos, ya lo he dejado claro: menos discursos buenistas, menos postureo estéril, y más revisar el Código Penal y sus penas. Repito: estoy a favor de la pena permanente revisable, como está en Francia o en otros países de nuestro entorno.
Claro que, todas estas propuestas necesitarán de una política fiscal eficiente y suficiente, y que los dirigentes políticos se dejen ya de proclamar que van a bajar los impuestos, cuando nuestra presión fiscal es menor de la media europea siendo la cuarta economía del euro... Porque si queremos servicios de los países nórdicos no podemos seguir con una fiscalidad de país subdesarrollado donde se aplaude el fraude fiscal y se mira a los poderes públicos con desconfianza y mucho desdén...
P.S. Perdón por el rollo, pero sólo pretendo que no quede este día como un éxito de convocatoria de las feministas.

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