viernes, 13 de octubre de 2017

DÍA NACIONAL DE ESPAÑA

Cuando llegué a Francia, por aquel 1971, me sorprendió el sentimiento patriótico que tenían los franceses y el orgullo que desprendían por pertenecer a La France; la libre, la culta, la refinada; la del derecho de asilo; la libertadora; y la del contrato social... Y la existencialista, la de Jean Paul Sartre, la de la Sorbona y la que se apoderó de nuestro malagueño Picasso porque se fue huyendo de esta España eternamente cateta , envidiosa, reaccionaria, bárbara, cainita y asesina... Desde entonces La Marsellesa fue algo más que un himno patriótico de un pueblo, de una sociedad, de una cultura, orgullosa de su historia, de su pasado, de sus procesos de rupturas y de consensos, de sus acuerdos, de sus leyes, de sus contratos sociales, de sus formas...
Más tarde entré en otros países; como Portugal, que tras los claveles del 74, y desde entonces, siempre regreso. Y también siempre me sigue sorprendiendo el enorme sentido patriótico de los portugueses; y venían de una historia parecida a la nuestra, de dictaduras y guerras; pero no de una guerra civil, eso que nos marcó y nos sigue marcando. Sí, todo el que entra en Lisboa y en todos sus pueblos y ciudades, de norte a sur, verá por sus calles, por sus barrios, sobre todo en los más populares, la bandera de Portugal, en forma de orgullo; en forma de pasión por lo colectivo, por su cultura y su pasado...
Ya desde mis primeros años no me gustó el mundo que vi por primera vez: vi mucha miseria y, sobre todo, mucha desigualdad y mucho miedo... Y supe pronto ya que este país venía de una tragedia colectiva que tenía que superar.
Y llegó la transición política después de muerto Franco, aquel gallego acomplejado como la España que creyó suya y victoriosa, y hoy vemos, con el tiempo y con estos del PP, que no hicimos los deberes: en España no hay país, no hay sociedad cohesionada, ni sentimiento nacional; la guerra, la dictadura, nos marcó demasiado y nos sigue marcando; aquí sólo hay golfos, mentirosos auto proclamados servidores públicos, obscenos empresarios que amasan fortunas y se las llevan a paraísos fiscales tras dejar en quiebra sus business montados con subvenciones públicas, y panzistas de la reaccionaria mayoría silenciosa...
Y muchos quijotes sobreviviendo en su locura...
Lo que nos faltaban eran unos cuantos iluminados al modo comunista del pasado siglo y que ya fracasaron. Unos iluminados que, para colmo, son falsarios, nunca dicen la verdad ni en sus aposentos de la intimidad... Aprendices de brujo que se apropian de sentimientos ajenos en tiempos tristes para luego abandonar en el olvido...
Y es que, un país que había matado a Lorca unos años antes y que, aún hoy, los que lo hicieron no han pedido perdón siquiera, no era un país decente sobre el que edificar un futuro colectivo, ni donde fraguar un verdadero sentimiento nacional con forma de orgullo y pasión... Menos aún, donde consensuar formas de respeto, de leyes honestas y sensatas para el mundo de hoy, donde deben primar, sí, los derechos humanos por encima de todo, pero, y sobre todo, los deberes humanos: sin deberes no hay derechos...
Y en esto se agudizó el nacionalismo catalán hasta la locura golpista que hemos vivido estos días pasados de septiembre y primeros de octubre...
Hoy es el Día Nacional de España, ¡quién lo diría!... Una España que en sus formas y símbolos intentó ser una democracia al modo europeo, aquel que soñé cuando con 18 años visité Francia; pero no, no ha sido posible...
Ojalá lo sucedido en Cataluña haga renacer una cohesión social y política que entre todos tenemos que conquistar.
Ojalá. Y mi rechazo a tanto impresentable, demagogos, irresponsables líderes, que en vez de suavizar tensiones y reconducir los problemas hacia el diálogo y hacia los consensos, los incentivan para afianzar sus posiciones personales y políticas, aunque el coste sea la desdicha y la pena de todos los españoles...
Sólo son portadores de aquello de ¡ande yo caliente....!!!!
Ojalá se pudran en el olvido que pronto serán.
Mi tierra es mi memoria y mi patria las gentes que la habita...

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