domingo, 20 de marzo de 2016

SEMANA PAGANA

A partir de mañana toda España será una fiesta pagana que sectores reaccionarios que viven en el pasado perennemente intentan año tras año tildar de religiosa. ¿Dónde se ha visto que sea religioso sacar a pasear las figuras de Jesús y de las Vírgenes en las que creen aquellos defensores del carácter religioso de la Semana Santa?
Si de verdad fuese un acto religioso, no se pasearían aquellas imágenes por las calles con bandas de música tocándoles pasodobles, sino que aquellos creyentes, recogidos en liturgias de rezos y otras formas de expresión, estarían dentro de los espacios de sus iglesias.
En cualquier caso, como fiesta pagana, y en ciudades como Sevilla, donde las viví muchos años de manera inevitable al residir en plena carrera oficial, reconozco que llega a emocionar el ver, por ejemplo, a las vírgenes bajo palios, una tarde aún con sol, por las calles de Sevilla engalanadas, oliendo a azahar e incienso, y bandas de música tocándoles pasodobles, pues eso, que es un espectáculo que llega a producir una descontrolada emoción, del mismo modo que procesiones en la Castilla profunda me han producido un siniestro malestar...
Yo he visto llorar a un japonés en la Plaza del Triunfo de Sevilla al pasar por delante de él una Virgen y he visto sólo tristeza y amargura en Zamora o Valladolid al pasar los capirotes y sus imágenes siniestras y con frío...
En suma, a partir de mañana las ciudades serán tomadas por riadas de gente en busca de una foto, una esquina, un paso, un trono, una imagen y un qué sé yo... Y como quiera que esta fiesta pagana la siguen intentando disfrazar de religiosa y, por tanto, excluyente de otros credos, no entenderé jamás por qué acude el poder civil democrático -y que representa a todos, creyentes en aquellas creencias, en otras o en ninguna- y preside aquellas procesiones de la Semana Santa o de los días de los patrones de la ciudad que sea...
La España laica, pues, es otra de las asignaturas pendientes en este nuestro país; quizás porque no hubo, en su día, una necesaria revolución burguesa como sí la hubo en la vieja Europa.
He visto muchas procesiones en Sevilla, en Cádiz, en Málaga... En Castilla algunas y en Galicia. Y nunca entendí cómo la izquierda social y política aceptó que esta fiesta pagana siguiera arraigada como sentimiento religioso excluyente y, para colmo, pasara a promocionarla y a presidir sus actos. Una izquierda que en una generación ha pasado de quemar iglesias a presidir las procesiones como hacía Franco.
Por fortuna, ya no vivo en ciudad alguna sino frente al mar más azul...
¡Feliz semana pagana para todos!


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