Sábado. 5 de marzo
Tomo otro café y leyendo a Carmelo C. Iribarren reconozco que tampoco a mi me leyeron cuentos en la cama; mi madre no daba abasto con seis, más tarde siete hijos, y los cuentos nos lo contábamos los hermanos... Pero eran cuentos reales; de curas, de dudas y de olvidos...
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