martes, 22 de marzo de 2016

LA CULPA ME PERTENECE

"La poesía sirve para introducir en la soledad de las personas algún cambio que proporcione un mayor orden interior frente al desorden de la vida."
Joan MARGARIT 
Cuando de nuevo el terror de los locos nos invade y nos culpa...
Sí, todos somos culpables de este desorden de la vida... Nos quejamos de lo que hacen nuestros dirigentes con los refugiados que huyen de la muerte y del hambre. Y los culpamos y nos lavamos las manos y seguimos sobreviviendo con nuestra conciencia tranquila; que lo arreglen, decimos; eso sí, en cuanto llegan más inmigrantes de la cuenta, al parecer de muchos, pues eso, dejamos de votar a esos partidos que lo consienten y votamos a partidos fascistas y xenófobos para que tomen las decisiones que los "blandengues" aquellos no tuvieron los coj... suficientes...
Y es que somos estupendos, muy solidarios de boquilla, y damos muchos discursos contra la exclusión social; eso sí, que no nos pongan cerca a los que nos pueden quitar nuestros escasos puestos de trabajo, a esos que sólo son delincuentes... Y se tapan la cara y la cabeza; con pañuelos (qué curioso: los capirotes de los nazarenos de nuestra Pagana Semana, esos no son siniestros fanáticos, no; como tampoco las monjas se tapan la cabeza y llevan ropas extrañas; siempre lo del ojo y la paja, cuando nos interesa el olvido)... Y lo denunciamos: son todos unos fanáticos... Pero nuestros obispos pedófilos no son fanáticos; ni los inquisidores que se flagelan estos días hasta sangrar su cuerpo por las espaldas; los fanáticos son los otros... Y los alcaldes y concejales presidiendo procesiones, rezando contra el terror de los fanáticos otros, los de enfrente, los culpables... 
Porque nosotros no, nosotros no somos culpables, somos estupendos...
Los culpables son los políticos, claro... Como si nos cayeran del cielo, ese cielo cargado de odio y miseria como reflejo del mundo de hoy...
¡Asco!
Sigo con Margarit...


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