viernes, 24 de diciembre de 2010

LA UTOPIA

Amanezco tardío en el Díabueno, aquel que precede a la Nochebuena, aquella que dice la tradición cristiana que vino al mundo el hijo de Dios para libertar a la humanidad de sus sufrimientos. Su fracaso es tan evidente como el fracaso de la izquierda en el mundo desde hace siglos; es tanto el poder de los poderosos que no sólo siempre vencen, sino que siempre salen, además, fortalecidos; y usan para ello todas las armas; es su misión: la tierra quemada a nuestro alrededor...
Así, se inventaron la Iglesia para subyugar a aquellos inocentes que cayeron en aquella utopía del libertador de Nazaret; como nosotros caímos en la utopía de la liberación del socialismo; nada de aquello queda; nada de utopías nos arrastran ya; para caminar, como decía Galeano. 

Pero, hoy, en este amanecer tardío del Diabueno y con sol, reitero mi compromiso, mi misión, mi utopía en otro mundo, en otro espacio, en otros ámbitos de paz y felicidad colectivas, previos a la paz y la felicidad de cada uno...
Y que así sea alguna vez sobre la tierra antes de que esta desaparezca bajo el cielo protector...


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