Amanezco en este domingo de diciembre, tras leer en cama estos textos que, si con su enorme clarividencia siempre nos sedujo, además tienen la grandeza de su infinita actualidad; quizá porque el mundo siempre fue el mismo y lo único que cambian son sus actores...
Pero también la mañana vino con sol; ese misterioso elemento que conforma nuestras vidas y que nos da la suficiente fortaleza para no decaer, para no arrojarnos a la profundidad de nuestras miserias... Porque es verdad que el mundo es un espanto; pero también es verdad que sólo tenemos esto que llamamos vida... Y el sol; y el mar; y las risas y sus vientos... Y, sobre todo, tenemos a las personas que amamos y nos aman...
Oigamos esta enorme y bella obra de arte de mi adorado Nick Cave como un acto de reconciliación con la capacidad creativa del hombre, esperando que pronto vuelvan los deseos de cambio y de lucha por la decencia humana...
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