domingo, 22 de agosto de 2010

LAS TARDES DE DOMINGO...

Las tardes de domingo siempre se me fueron tristes... Eran los instantes últimos, los imposibles de atar en contento, en gozo y en sosiego. Ya por entonces, aquellos instantes de dudas y de temores hacia el reinicio del deber, te invadían hasta el desconsuelo de lo inevitable: comenzar la semana se nos hacía dolorosamente terrible por dentro y por fuera...
Y era la melancolía de las tardes de domingo de nuestras vidas...
Recuerdo que nos refugiábamos en casa; preparábamos los libros; las carpetas; y con el tiempo, los asuntos... Y pronto nos íbamos a dormir: quizá la manera más viable de que así se nos fuera pasando el tiempo inevitable mientras sonaban canciones hermosas, como esta que nos cantan mis adorados María del Mar Bonet y Lluis LLach, un Llach al que ella invita a cantar en este concierto...
Ya se nos va este domingo; y fue una más, una de las tristes tardes de domingo de nuestras vidas...


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Comentarios