Amanezco tardío: es fiesta en Málaga; otra vez la Iglesia y su santerío nos trae, al menos, relax. Es de lo poco que tiene de bien la Iglesia: su santerío virtuoso, que, por excelso, nos trae días de descanso...
Y el día es calmo y huele a mar; como este canto de Llach, quizá el más mediterráneo de la Nova Cançó... Pais Petit el suyo, país hermoso nuestra Cataluña. ¿Por qué el empecinamiento en acabar siempre con lo diferente? Siempre fui federalista; y siempre quise saber idiomas; ¡ojalá supiese catalán!. El saber no ocupa lugar, dicen; pero trae malestar; el malestar de saber de la intolerancia, de la xenofobia, del empecinamiento en prohibir lo diferente, lo otro...
Bonjour, mes amis... Amanezco tardío, pero en guerra contra la terquedad y la obstinación... ¡Visca Cataluña! Y un saludo para mis amigos catalanes...
http://www.goear.com/listen/20 DE AGOSTO
La luz clara y enorme del amanecer por el sur, no sólo ilumina la mañana ausente de aire y de mar reposada, mansamente quieta... Uno tras otro pasan estos días de agosto; algunos, dejando aguas torrenciales que destruyen felicidad y nos crean desasosiego; pero también otros, y en otros lugares, nos traen una permanente reconciliación con la naturaleza; y es tanto el contento que llega a producir una sonrisa... Una sonrisa, que ya es risa, la risa espléndida e inocente del sobrino-nieto Tiago (apenas 4 años) que al reconocerme en su extrañeza (apenas lo veo uno-dos-tres días al año) dibujó una sonrisa que acabó en risas... Una risa tan prodigiosa que me la hizo necesaria; como decía Neruda, Tiago, "no me quites tu risa, porque me moriría..."
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