martes, 1 de mayo de 2007

29 DE ABRIL DE 2007

Los ejércitos golpistas son los que defienden el laicismo, amenazando con intervenir si sus dirigentes elegidos democráticamente no respetan el laicismo turco. Y los elegidos democráticamente son los islamistas (dicen que moderados: moderado, en cuanto a las religiones, no conocemos a nadie en la historia). Y el pueblo (más de un millón de personas) se echa a la calle para reivindicar el laicismo frente al islamismo de los gobernantes elegidos por ellos; pero también salen contra los militares golpistas…
Esta es la Turquía actual, la que quiere entrar en la UE, una UE sobre la que Alemania pretende alcanzar un acuerdo de mínimos que sustituya al fracasado proyecto de Constitución europea…
Esta es la Turquía con la que ZP pretende liderar la alianza de las civilizaciones… Una Turquía amenazada por sus ejércitos golpistas y valedores fanáticos del laicismo. Como vemos, todo es fanatismo…
Lo lamentable de todo esto, es que todo esto es cierto, verídico, real; como la vida misma.
Vivir para ver

Y la Conferencia Episcopal Española contraataca a la Ley de la Memoria Histórica, recientemente aprobada por el Congreso de los Diputados, amenazando con una beatificación masiva de "mártires" (así llama la Iglesia a las victimas franquistas) de la Guerra Civil.
Ya me veo a Rajoy bajo palios siendo reivindicado por esta Conferencia Episcopal Española como nuevo Caudillo de España, y a Jiménez Losantos llevando delante la cruz de oro de la Reina Isabel la Católica, vestido de penitente salvador, vociferando que al fin se libera a España de nuevo de las hordas marxistas.
El cortejo se representará en todas y cada una de las diócesis de España, empezando por Asturias, como Don Pelayo.

Por último, Maragall dice ahora que no mereció la pena el empeño en reformar el Estatuto. Y se queda tan pancho, tras poner a todo un país patas arriba y con unas reivindicaciones tan alejadas de las necesidades de los ciudadanos a los que dice representar; unos ciudadanos que asisten atónitos a que se les tome el pelo por unos políticos tan frívolos. Pero si frívolo fue Maragall al plantear lo que ahora considera que no mereció la pena y que tanto daño ha hecho a todo un país, lamentable fue el apoyo de ZP a este hombre que anda en busca de una jubilación y de un retiro, más allá del mundanal ruido, pero más cercano a un sitio que yo me sé.

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