Estos días tiene lugar la romería de El Rocío. Y esa masiva, tópica y borrega romería, mezcla de botellota en el campo y fanatismo nacional-católico, me recuerda otros fanatismos, como son los fanatismos islámico o hebreo.
Y es que todo lo que tiene que ver con creencias, con eso que llaman fe, tiene inevitablemente un aspecto oscurantista, siniestro, y justificativo de las desigualdades y miserias humanas.
Los que dirigen estas mentiras, inoculadas en las almas más débiles y menos protegidas, se constituyen así en los protagonistas principales del gran circo del mundo actual, donde se escenifican –casi a diario- estos impresentables e inhumanos fanatismos excluyentes.
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