Los domingos siempre fueron días de guardar. Quiero decir, de guardarse de salir a la calle salvo a comprar la prensa, esa que ya no se puede leer por manipuladoramente mediocre...
Y con más razón, en esta parte del Sur donde el mar y sus extraños, maleducados, chillones y feisimos invasores...
Y con más razón, en esta parte del Sur donde el mar y sus extraños, maleducados, chillones y feisimos invasores...
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