Y me traje a Federico (siempre me ha acompañado Federico, y hoy, en su cumpleaños, con más razón) al mar de enfrente...
Como si retornase de su viaje a Nueva York. Quizás no sabía lo que le esperaba en España...
De haberlo sabido se hubiese quedado junto a la Estatua de la Libertad, eso que tanto amaba y que bordó en su sangre toda...
Fue en Granada, y aún hoy me cuesta entender qué daño les hizo el poeta en Nueva York...
Y leo:
"...Con una cuchara de palo
Le arrancaba los ojos a los cocodrilos
Y golpeaba el trasero de los monos.
Con una cuchara de palo...
Le arrancaba los ojos a los cocodrilos
Y golpeaba el trasero de los monos.
Con una cuchara de palo...
...Las rosas huían por lo filos
De las últimas curvas del aire
Y en los montones de azafrán
Los niños machacaban pequeñas ardillas
Con un rubor de frenesí manchado..."
De las últimas curvas del aire
Y en los montones de azafrán
Los niños machacaban pequeñas ardillas
Con un rubor de frenesí manchado..."
F. GARCÍA LORCA (Poeta en Nueva York. Cátedra. Madrid 1994)
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