jueves, 29 de junio de 2017

DONDE ME CALMO DE DOLOR (parafraseando a César Antonio Molina)

Cuando las horas que más amo del día...
Cuando, tras desayunar, te sorprende la primera mañana... Y su luz, su color, a diario son distintos... Es casi imperceptible el cambio; sólo basta fijarse con paciencia, esa que hace que cada hora sea un minuto, como una señal de que estamos vivos y de que queremos seguir estándolo...
Cuando la alegría de verme pronto en lugares que amo; allí, donde se calman ansiedades y amarguras...

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Comentarios