sábado, 14 de julio de 2012

NEGRAS SOMBRAS

Ya todo en orden. Ya en mi Galicia. Ya sólo necesito tiempo para reponerme de tanto síndrome de Stendhal en forma de fatiga y cansancio: ha sido un agotador viaje, por sus kilómetros y, sobre todo, por tanta belleza de la que he disfrutado; y es que cuando es la cercanía de lo hermoso, y es en grandes proporciones, suelo sentir una terrible tristeza: más pronto que tarde, por desgracia, se nos impondrá la mezquina realidad... No me debería detener en ese pensamiento ni un instante; pero ante tanta penosa y triste realidad, esa que nos lleva a lo incierto de lo oscuro, no puedo dejar de ser yo ni siquiera cuando me lo propongo... 
Ya está dicho todo, o casi. Y es verdad: sólo nos salvará ya el BCE y la ayuda externa. Pero me temo que queda poco tiempo. Y es verdad que nos han arruinado sin sentido; y es verdad que muchos de los que creímos nuestros nos han dejado sin argumentos y sin explicaciones aceptables, más allá de su incompetencia. Pero no es verdad que los de siempre seamos los culpables: la deuda de las familias no es el montante principal de la deuda privada española; como no era verdad, y hoy ya es evidente, que bajar impuestos era de izquierdas (algún día la historia condenará a tanto revisionista sin rigor)... Y los que tanto decían que había que bajarlos, aquellos abanderados de los mercados, hoy saben que tienen que subirlos y abominan de aquellos mercados que reclamaban como fundamentales para la perfecta asignación de recursos productivos...
Vengo de Portugal; he visto un país arruinado, con salarios de miseria, con precios bajos, como cuando íbamos a comprar toallas y a comer mariscos antes de la democracia... Y he visto carteles recordando el 25 de abril. Llegando a Vidago oí un bellísimo fado que se llama Lágrima en la voz de Dulce Pontes... Esa lágrima que está derramando el pueblo portugués preguntándose para qué sirvió el 25 de abril...
También ellos saben que sólo les salvará el BCE y la ayuda externa; pero la experiencia les dice que aquella vieja Europa a la que se agarraron tras el 25 de abril los ha metido en un túnel tan oscuro como las caras que he visto estos días llenas de temor, desconsuelo y amargura...
Mucho me temo que vamos hacia ese precipicio de mentiras con forma de miedo colectivo... 






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