Amargos frutos me dan... Mucha de las gentes, la vida...
Cada mañana, cada día...
Y nos obligan a ser fuertes, como nunca lo fuimos, como nunca lo presentimos...
Con apenas esperanzas, sólo desdén...
Y sin horizonte siquiera inalcanzable...
Y nos obligan a ser fuertes, como nunca lo fuimos, como nunca lo presentimos...
Con apenas esperanzas, sólo desdén...
Y sin horizonte siquiera inalcanzable...
Amargos frutos me dan...
A diario, cada mañana, cada amanecer a las cosas de la vida...
A diario, cada mañana, cada amanecer a las cosas de la vida...
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