domingo, 22 de julio de 2012

LLEGO TARDE A LA MAÑANA...

Llego tarde a la mañana, como tarde dejé la noche... Una noche que fue tan fresca como para pasar frío en el jardín de la casa de la hermana, donde se prolongó la tertulia de la cena... 
Pañuelos al cuello y prendas ad hoc no evitaron esa dulce sensación del frescor, ese traidor, a veces, con forma de melancolía...

Me espera, una vez más en esta prodigiosa tierra, un soleado día, enturbiado por escasas presencias de nubes transparentes (apenas blancas, dejan entrever celestes claros) y una agradable brisa en forma de otro frescor más suave y llevadero y que nos ayudará a sobrellevar erguida la cabeza con la dignidad de un sombrero de oro... 

Porque nada hay como amanecer con un bello texto:

"Ponte el sombrero de oro, si la impresionas así;
y, si sabes saltar alto, salta por ella, que exclame:
¡Mi amante, buen saltador, el del sombrero de oro,
tienes que ser para mí!"

THOMAS PARKE D'INVILLIERS

(Esta cita aparece en la portada de EL GRAN GASTBY de F. Scott Fitzgerald)

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