jueves, 18 de enero de 2007

SOBERBIO APERITIVO

Tras desayunar pan de La Curruca de Coin con aceite sin filtrar -del nuevo año- de Ardales, y tras un primer ojeo a las noticias, cogí la moto y alcancé el puerto de Cabopino. Allí han abierto un nuevo local, ideal para el aperitivo, el café o la merienda... Aquí vengo a refugiarme; aquí no me siento extranjero.
Pero allí, en las afueras más próximas, en esa realidad nacional -que ahora han decidido los que viven de eso que toca votar en referendum- como así definen a Andalucía, en esa realidad nacional sí me siento extranjero; esa realidad nacional ordinaria y vulgar; donde pedir perdón no está en el vocabulario; donde gritar ordinariamente es la forma común de comunicarse entre sus habitantes; donde te hablan de tú sin conocerte; donde pitan los coches; donde mean y escupen los jóvenes y los no tan jóvenes... Indudablemente en esa realidad nacional me siento extranjero.
Y entre prensa, internet (el libretto y la 3G me acompañan siempre) y un sol espléndido -como de primavera en un invierno imposible-, a través de una botella de agua mineral con gas, hielo y un trocito de limón, me bebí todo el mediterráneo de un sorbo... Entre ciudadanos del mundo civilizado; rodeado de savoir faire y buenas maneras. Comm´il faut...
Y muchos barcos de vela dispuestos a llevarme algún día a no se sabe dónde quieran los vientos... Pero seguro que me llevarán a un lugar donde no me sienta extranjero.
P.D. Ha sido un guiño a Reverte y su columna del domingo pasado.

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