viernes, 19 de enero de 2007

EL CAMBIO CLIMATICO

Estoy en Fuengirola, en la heladería Verdú. Son las 18,45 horas, y he pedido un capuchino descafeinado: está delicioso, con una bola de nata tan gorda y tan densa que desparrama el café al moverlo. Y está caliente como la tierra....Y así, sorbo tras sorbo se me ha venido a la cabeza el asunto del cambio climático. Y reflexionando sobre ello he llegado a la conclusión de que es el claro ejempo de cómo el sistema produce unos determindos males, y es el propio sistema el que culpa de ello no a los industriales que lo crean (los males) sino a los consumidores de sus productos, llegando a tener el común de los mortales una mala conciencia de aquí no te menees.En suma, el sistema capitalista, con su crecimiento inagotable por necesidad de supervivencia, conduce a producir costes en la propia naturaleza -y en el espacio fisico que llamamos mundo- de alcance inimaginable, y culpa de ello a los consumidores. ¡Maravilloso! Y así resulta que un abanderado del discurso anti polución industrial es un señor que por poco no es presidente de EE.UU. (Al Gore), precisamente el pais que se niega a suscribir los acuerdos de Kyoto. ¡Vivir para ver!En suma, las clases populares no sólo están preocupadas por pagar el préstamo del coche al que le obliga comprar el trabajo que tiene tan lejos de su casa, y al que tantas facilidades de pago le han ofrecido, sino que además el sistema le culpa de la emisión de gases contaminantes a la atmósfera... Lo de siempre: la gallina. ¿Y por qué la industria fabrica estos coches y no otros? ¿Es creíble el discurso de Al Gore?
Me viene a la memoria también otro ejemplo de cómo el sistema echa balones fuera; pagamos impuestos para, entre otras cosas, tener seguridad ciudadana. pero ante la ineficacia de los poderes públicos para combatirla, en vez de intentar solucionar esa ineficacia destinando más recursos para ello, potencian la seguridad privada: véase el crecimiento espectacular de este sector en los países occidentales en los últimos años.
En suma, lo de siempre: el sistema necesita retroalimentarse con crecimientos por encima de la lógica y encima nos crea mala conciencia a las víctimas del propio sistema.
Mientras tanto, disfruto de este capuchino: no vaya a ser que también me lo prohiban en el futuro, o que nos digan que contibuye al calentamiento de la tierra.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Comentarios