domingo, 7 de enero de 2007

¡AL FIN PASARON LAS FIESTAS DE NAVIDAD!

Cuando son las 00,35 horas del dia 7 de enero de 2007 y oyendo a Miguel Poveda cantar por bulerías, al fin pasaron las fiestas de navidad... Y este año, además de esa amalgama de comidas forzadas, de encuentros obligados y de tantas y tantas convenciones sociales (la mayoría falsas e incómodas), la navidad nos trajo una vez más señales inequívocas de tener que seguir siendo escépticos ante el final del terrorismo en España y en el mundo.
Si tras el crimen de Sadam Husseim, ahorcado como un galgo después de la caza, vino la bomba de Barajas de ETA, desconozco las razones que mueven al optimismo humano. O soy un raro, o el resto de la humanidad (la mayoría es optimista y dice ser feliz) también ha enloquecido con aquellos siniestros que mandaron ahorcar al otrora amigo como a un galgo, y con aquellos que mandaron poner la bomba: el que la pone, encima, se cree héroe de no se sabe qué...
Pero lo peor de todo es la gravedad de lo sucedido en los sistemas de información del aparato del Estado; y así, no había más que ver la cara que se le ha quedado al Presidente Zapatero: aún seguimos sin entender cómo el día antes de estallar la bomba transmite confianza y optimismo en el proceso de paz, cuando ya estaba la furgoneta en barajas y que explotó horas más tarde. Y no salimos de nuestro asombro tampoco por el tremendo error de Rajoy: tenía que haberse puesto al lado del gobierno tras el atentado, si bien debió hacerlo durante todo el proceso.
Mantengo que este error Rajoy lo pagará caro... Y el Presidente está descompuesto...
Lo dicho, ¡al fin acabó la Navidad!

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