sábado, 14 de septiembre de 2019

GLOBALIZAR LA POLÍTICA

Los economistas siempre estamos con la palabra crisis en la boca... Y aunque hay instrumentos para analizar la realidad presente y la del pasado, y, por tanto, poder prever el futuro, o al menos, visualizarlo, nunca se acierta del todo, porque la economía no es una ciencia en sentido clásico (no hay laboratorio, no hay pruebas en laboratorio científicamente contrastables). Se vino en llamar ciencia social, por llamarlo de alguna forma, cuando en el fondo sólo son opiniones más o menos elaboradas con cierto rigor y modelos o instrumentos ad hoc, pero sobre todo, investigaciones cargadas de ideología, tanto en la elaboración de aquellos análisis y en sus instrumentos y modelos, así como en las conclusiones de los mismos...
De este modo, ahora está de nuevo de moda la recesión que se nos avecina... Y he recordado aquello que siempre sostengo: la macro economía, su estado presente y/o futuro, de un país, o de un territorio más amplio, continental o mundial, tiene mucho de expectativas y de verdades a medias, sobre todo en un mundo complejo lleno de inputs de información difíciles de discernir entre las llamadas 'fakes news' y el abuso de las redes sociales donde se diluyen las mentiras de líderes de todo tipo (políticos, de opinión, financieros, etc) y que todos quieren oír, que ya se sabe son las mejores verdades: las mentiras que nos interesan...
Pensando en todo esto y recordando los últimos 40 años de mi vida, estando a punto de salir al mercado de trabajo tras los estudios, en aquellos años de la transición, recuerdo la famosa crisis energética de los 70; luego los duros años de políticas de liberalización de sectores monopolísticos y/o empresas obsoletas cuya producción ya no era competitiva, llevadas a cabo por gobiernos del PSOE obligatoriamente; la posterior crisis del 92 tras los eventos de la Expo de Sevilla y los Juegos Olímpicos de Barcelona, etc... Y para colmo, los llamados años de bonanza, aquellos de la España de Aznar y que iba bien, sólo fueron años de especulación inmobiliaria que todos sabíamos iba a estallar y nadie ponía freno, hasta que nos estalló con la crisis financiera mundial, crisis que nos dañó sobremanera y de la que sin haber salido de ella ya se está hablando de otra recesión...
En suma... ¿De verdad el sistema ha estado alguna vez libre de recesiones? Repito: en el desarrollo de toda actividad económica hay mucho de expectativas, de temores y de certezas; y está demostrado que el dinero, que tiene que circular, es miedoso y deja de circular; y basta hablar una y otra vez de recesión para que aquella posible recesión se agudice y adelante en el tiempo, un tiempo que , repito, apenas deja de sustentar una crisis permanente, cual la de un sistema basado en la propiedad privada, leyes proteccionistas y regresos de los nacionalismos fronterizos liderados por populistas, precisamente cuando se han globalizado el comercio y las finanzas, sin globalizarse, en paralelo, LA POLÍTICA...
¿Cómo no va a ver crisis permanente en el mundo? Porque ojo: ¿a qué llamamos ciclos expansivos de la economía? ¿A más nuevos ricos y más desigualdades sociales?
Lo único cierto es que a pesar de todo, y si somos honestos poniendo entre paréntesis coyunturas determinadas, nunca el mundo, en general, estuvo mejor que hoy, a pesar de tanta mediocridad en todos los sectores sociales, políticos y económicos, y de tanto agorero de recesiones, recesiones que son inevitables en el sistema... Un sistema que si bien en ciclos expansivos nos hace partícipes de cierto contento y bienestar, agudiza las diferencias sociales en cuanto aparecen síntomas de nuevas e inevitables recesiones...
Quizás haya que repetir de nuevo que el mundo necesita con urgencia globalizar LA POLÍTICA, al menos continentalmente. Es cada vez más necesaria una gobernanza del mundo; lo demás, palos de ciego, regreso al pasado y políticas ineficaces porque no sirven de contrapoder a poderes económicos y financieros globalizados y sin apenas regulación de sus actividades.

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