jueves, 19 de septiembre de 2019

ELECCIONES

Como señalé en su día, hace algo menos de un mes, no hay otra salida que elecciones. Culpables han sido todos, pero por escalas...
1. Pablo Iglesias, más allá de sus errores personales como el 'chalete' y la consulta a sus bases tras el escándalo, está amortizado: tuvo una oportunidad única y no se subió al tren, tren que sólo una vez pasa. Y la crisis reciente de Italia demuestra que las coaliciones con liderazgos fuertes acaban en contradicciones y con dos Gobiernos: Salvini y Conte. Y, por cierto, es la cuarta vez que Iglesias impide un gobierno de izquierdas en España: la pinza andaluza de Anguita, su maestro, sigue siendo el método de hacer política del comunismo español y sus marcas.
2. Rivera ha enloquecido y él solo se ha suicidado: nadie ha entendido, salvo por su insolvencia y torpeza, cómo ha acabado rehabilitando a su enemigo, precisamente cuando más herido estaba, dándole Madrid, local y comunidad; precisamente el germen, junto a Valencia, de la corrupción del PP y estos pasados días hemos sabido que la Justicia imputa a Cifuentes y a Aguirre por financiación ilegal del PP. Rivera, ¿qué dirá ahora? ¿Por qué calla? Y que explique qué ha conseguido pactando con VOX, cuando sus supuestos socios europeos han dicho NO a la ultraderecha. Por cierto, poco a poco se va quedando sin la poca gente brillante de la que hacía gala. Acabó con Arrimadas llevándosela a Madrid y quitándola de la primera línea, después fue Manuel Vals en un chorreo de abandonos que no cesa...
3. Casado, toda vez rehabilitado por Rivera, debería abstenerse, como al final -a pesar del 'sanchismo' (Rivera dixit), por entonces huido- hizo el PSOE con Rajoy en los tiempos de la Gestora que presidía Javier Fernández. No sólo Casado asumiría el papel de Jefe de la Oposición responsable y de Estado, sino que a futuro recuperaría los votos de C's y de Vox que se le fueron al PP.
4. Sánchez ha cometido muchos errores, es cierto: el NO es NO de su lucha por el poder interno le está pasando factura. Al cabo, el PSOE rectificó, pero pedir ahora al PP que se abstenga no le aporta credibilidad. En cualquier caso, Sánchez gobernaría con muchos contrapoderes, lo que le obligaría a negociar cada decisión, lo que sería bueno como experiencia necesaria en esta España sin diálogo y sin encuentros. ¿Acaso la democracia en el mundo complejo de hoy, no es sino acuerdos y pactos que conformen un consenso social y político para la convivencia y la cohesión social?
Pues eso...
Sí, todos son culpables; pero como he señalado ya, unos más que otros...
En cualquier caso, los ciudadanos estamos preparados para tomar decisiones tras este bochornoso espectáculo.

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