30 DE ENERO DE 2018
Samuel sigue mal; apenas come, me dice: - no tengo hambre, asiente...
Le comento que mañana no puedo (tengo que asistir a un entierro), pero que pasado mañana lo invito a casa: le prepararé unos gambones a la plancha, acompañados de rúcula aliñada con aceites, vinagres, tomates secos y parmesano rallado...
Se le ha hecho la boca agua, me dice, y señala que si no es una lata para mí, acepta...
Y me anuncia que quizás, si se encuentra mejor, me contará gran parte de su vida...
¡Qué ilusión!, me digo para mis adentros...
Y seguí disfrutando del aperitivo...
Samuel sigue mal; apenas come, me dice: - no tengo hambre, asiente...
Le comento que mañana no puedo (tengo que asistir a un entierro), pero que pasado mañana lo invito a casa: le prepararé unos gambones a la plancha, acompañados de rúcula aliñada con aceites, vinagres, tomates secos y parmesano rallado...
Se le ha hecho la boca agua, me dice, y señala que si no es una lata para mí, acepta...
Y me anuncia que quizás, si se encuentra mejor, me contará gran parte de su vida...
¡Qué ilusión!, me digo para mis adentros...
Y seguí disfrutando del aperitivo...
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Comentarios