sábado, 13 de enero de 2018

CONFESIONES DE UN EREMITA, HETERODOXO Y ATEO (I)

24 DE DICIEMBRE DE 2017
Hace poco he conocido a un ermitaño sin ermita; a un eremita sin creencias; a un solitario que nunca está solo porque está con su soledad...

No me dijo la edad, pero ya no cumple los 60. Vive solo. Apartado. Huido. Desencantado y roto… Y escribe a diario; rompe muchas de las cosas que escribe; otras, con discreción para que no lo vea, me las deja en un sobre para que yo las lea: no conoce a nadie y huye de conocer a nadie. Por eso sólo me tiene a mí, al que tampoco quiere ver con frecuencia, pero sí quiere que sepa de sus cosas... A modo de testimonio; a modo de una salida por si sana del mal de su derrota...

Desde el día que lo conocí no lo he vuelto a ver; debe venir de madrugada a dejarme sus escritos, para que no lo vea. Y hace unos días le dejé una nota pidiéndole permiso para poder publicar aquí algunas de sus cosas, sólo aquellas que yo considere de interés y de reflexión para muchos como él.

Esta misma mañana he recibido una nota diciéndome que no le importa, pues ya nada le importa salvo su soledad... Y así, iré publicando algunas de sus cosas, aquellas que me despierten un incierto interés...

No sé exactamente donde vive, pero creo que debe hacerlo cerca de la urbanización; quizás en una construcción abandonada que hay cerca de la A-7 dirección Cádiz, una foto viva de la burbuja inmobiliaria que hemos padecido en España...
Pronto, espero, tendréis noticias de mi amigo invisible, eremita, anticlerical y ateo…

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11 DE ENERO DE 2018
Me dice el jardinero de la Urbanización que ha estado merodeando la casa un señor de aspecto extraño... Me temo que es mi amigo el eremita...
Me dice que ha dejado un sobre en mi buzón...
Ojalá sea él y haya noticias suyas...
De haberlas, os contaré; lo prometo...

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13 DE ENERO DE 2018
Al fin recibo misiva del eremita… Me dice que dejó pasar las navidades para no molestarme en fiestas tan señaladas y tan poco dadas a recibir miserias ajenas… A él no le gustan nada aquellas fiestas tan cargadas de sentimentalismo impostado y buenismo sensiblero, cuando no ficticio y llevados por la corriente de días y formas absurdamente coyunturales… Y me cuenta algo de su vida…
"- Nací en Sevilla, en el año de 1948; mi familia tenía un pequeño negocio de telas en la calle Cuna, cerca de la calle Acetres, donde nació y vivió Luis Cernuda. Mi padre, aun siendo de ideas republicanas y demócrata, nunca se había señalado como antifranquista, con lo que pudo sobrevivir la posguerra… Jamás le oímos hablar en casa de la guerra. Yo era el mayor de mis hermanos: tres varones y dos hembras. Leí a los clásicos siendo muy joven y amé los libros desde entonces.
Al terminar mis estudios de arquitectura, marché a Madrid; era la primavera de 1975 cuando me instalé en un ático de la calle Princesa. Trabajé duro: eran los meses previos a la muerte de Franco y todos estábamos expectantes con lo que sucedería más tarde pero que de manera inevitable sin Franco acabaría su régimen, como así fue…
Luego vino la Transición, como sabes; y como sé que tú también fuiste partícipe directo de ella, no te contaré apenas nada de aquellos años. Sí decirte que conocí por entonces a la que ha sido y siempre será ya (quien ama una vez de verdad, ama para siempre) la mujer de mi vida. No tuve hijos con ella y, al cabo, tras más de treinta años de convivencia, decidimos dejarlo; no estábamos casados, lo cual facilitó las cosas…
Te preguntarás porqué vivo como vivo y cuales fueron las razones para llegar a este estado de reclusión y soledad que es hoy mi forma de vida… Pero eso te lo contaré otro día…
Sólo quería felicitarte en el nuevo año y que ojalá nazca entre nosotros una gran amistad…
Recibe un abrazo de tu amigo Samuel."
Esta tarde le escribiré; quizás lo invite a ver el partido de fútbol del Madrid... Aunque no sé si ama el fútbol...


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