miércoles, 10 de enero de 2018

LAS PENSIONES EN ESPAÑA

Vengo sosteniendo que el tema de las pensiones en España se debe afrontar con seriedad. Pero desde hace años sólo veo propuestas demagógicas, insuficientes, y, en cualquier caso, sin los consensos sociales, económicos y políticos fundamentales; y sin consenso es imposible una solución a un asunto que debe formar parte de la agenda pública en los próximos años...
Del mismo modo, gran parte de la ciudadanía ha acabado confundiendo, por malintencionados intereses y/o por ignorantes comentaristas, la hucha de las pensiones con la caja de las pensiones... Hay que volver a recordar que la hucha de las pensiones nació en el año 2000, gobernando Aznar, en aquellos años de superávit de las cuentas de la Seguridad Social; superávit del que llegó a fardar ZP, lo que consideré en su día una obscenidad en un país, por entonces y hoy, tan necesitado de servicios sociales... Y no está de más aclarar el asunto: la hucha se creó para usarla en coyunturas, como la actual, de déficit de la Seguridad Social. Y cuando ya se está agotando la hucha (que no existió nunca antes del año 2000, repito) el Tesoro Público está ayudando a financiar la Seguridad Social para suplir su déficit, déficit que se ha financiado, siempre que ha existido hasta la fecha, vía deuda pública.
En cualquier caso, siempre he defendido que cuando las cotizaciones sociales no son suficientes para financiar el gasto de la Seguridad Social, los Presupuestos Generales del Estado tienen que financiar aquel déficit de la Seguridad Social; ¿cómo?: creando nuevas figuras impositivas. Y la propuesta que hoy ha hecho pública Sánchez, como tal propuesta es bienvenida, aunque algo manida y reivindicada años atrás por muchos colegas economistas y otras hierbas, más allá de Podemos que se apunta a todo lo que suene a progre, pero es una propuesta que debería ir arropada de otras, pues es insuficiente tal y como lo ha hecho hoy Sánchez. En suma, es bueno iniciar el debate, pero la mejor y más sólida propuesta que debería hacer el PSOE sería la necesidad de recuperar el espíritu del Pacto de Toledo, reabrir este necesario debate en su sede, es decir, en el Congreso de los Diputados, y liderar la bandera de las políticas sociales y de los derechos humanos... Entre otros derechos, la laicidad del Estado (de manera clara, nítida y definitiva) o el asunto de la eutanasia, por poner dos ejemplos claros.

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