LOS DE ORIENTE NO PUEDEN LLEGAR A OCCIDENTE

Toda una metáfora del mundo de hoy.

Los camellos revolucionaron el comercio y la actividad agrícola e industrial en una gran parte del mundo; como también, por ejemplo, los elefantes en otra; y los equinos en el resto, en el mundo occidental conocido hasta entonces...

Un comercio, y una actividad agrícola e industrial que ha globalizado el mundo, lo ha hecho pequeño y nos ha enseñado que los seres humanos no somos tan distintos. Y cuando esa conquista y ese desarrollo de la humanidad iba a suponer el fin de las fronteras, de los conflictos y de las desigualdades, han bastado unos años de ajustes y reajustes para que aparezcan de nuevo los fantasmas del miedo al otro, del odio, de las fronteras y de las diferencias...

Muchos les echan la culpa a los dirigentes políticos, pero saben que no es verdad y que no son honestos con ellos mismos: la culpa de que los dirigentes xenófobos, secesionistas, independentistas, nacionalistas, etc, hayan llegado a estar en los niveles de poder que están es de la ciudadanía que los han votado para que renazcan aquellas fronteras, aquel odio, aquellos muros, ante el temor de que los que vengan de allende los mares acaben con nuestro bienestar...

Sí, ¿por qué no somos más honestos, al menos con nosotros mismos?
¿Acaso Trump ha caído del cielo? Lo han votado los americanos, por cierto, los más pobres.
¿Acaso el crecimiento de los nacionalismos aislacionistas no tienen apoyo popular?
¿Ya hemos olvidado que a los separatistas catalanes los han votado los que quieren las fronteras para vivir mejor ellos sin tener que pagar una parte de la solidaridad para con los menos pudientes, a pesar de ser liderados por un fugitivo de la Justicia?

Repito: seamos más honestos y no echemos la culpa a unos simples demagogos (por cierto, muchos de estos demagogos se dicen de izquierdas habiendo traicionado a sus gentes con tal de obtener votos) que se ofrecen para recoger votos a sabiendas de nuestras miserias.