sábado, 4 de marzo de 2017

SÓLO A VECES

A veces tengo la sensación de estar en un mundo tan extraño como ajeno; es verdad que estamos muy limitados; como lo están todas las especies de animales; la nuestra, la humana, la define el desarrollo de lo que llamamos la inteligencia, capaz de haber desarrollado ciencias físico-químicas, lógicas y sociales que han hecho más digna la vida material y espiritual de las personas que habitamos la tierra...
Pero cuando creímos que debía imperar la razón, el pensamiento, la ternura, la solidaridad, conforme a aquellos avances de la inteligencia humana, basta que aparezca una mera crisis económica para regresar al olvido, a la sinrazón, al pasado más siniestro, y, lo peor, a repetir los errores más atroces que hemos cometido a lo largo de la historia...
Y así, cuando ya sabíamos que era la falta de regulación de los mercados, del comercio de bienes y servicios, la causante de tanto desbarajuste financiero que ha arruinado y empobrecido a medio mundo, cuando ya habíamos aprendido que sólo estructuras políticas más superiores, más continentales y/o mundiales, eran las necesarias para tanto desvarío, pues nada, regresan los nacionalismos, los secesionismos y las banderas patrias frente a cualquier solución global que regularice la actividad humana mundial, al menos para no volver a producir tantos desajustes y tantas injusticias... Y precisamente cuando lo global campa a sus anchas sin apenas control político que ejerza de contrapeso...
Una amiga nos recordaba esta noche que venimos del mono; yo creo que no sólo venimos de él sino que parece que regresamos al mismo mono del origen.

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