Hoy, ayer ya, bajé tarde al mar de enfrente; trasnochar es lo que tiene...
Y me lo encontré así; algo soliviantado aún de vientos, pero de un color tan sublimemente hermoso que yo creo que hasta él sabía que me haría feliz...
Y me lo encontré así; algo soliviantado aún de vientos, pero de un color tan sublimemente hermoso que yo creo que hasta él sabía que me haría feliz...
Encendí el iPad y en el navegador Safari abrí el blog: había superado las 100.000 visitas. Y me sonrojé, como un mar que siente vergüenza por su inconstante aspecto en su eternidad...
¿Qué sentido tiene que mis cosas hayan tenido este número de visitas, cuando soy consciente de que nada soy ni nada pretendo?
En cualquier caso, gracias a los que se han acercado al blog... Siempre es agradable saber que no estoy tan solo como a veces me llego a sentir, que no de soledad, sino de silencio y olvidos...
¿Qué sentido tiene que mis cosas hayan tenido este número de visitas, cuando soy consciente de que nada soy ni nada pretendo?
En cualquier caso, gracias a los que se han acercado al blog... Siempre es agradable saber que no estoy tan solo como a veces me llego a sentir, que no de soledad, sino de silencio y olvidos...
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