Hace una hora más o menos entraba en casa; han sido dos días por la Subbética, con descanso en Priego de Córdoba, donde tanto barroco, tanta historia y tanta belleza...
En el regreso, subí al Santuario de la Virgen de la Sierra, donde el abismo, y alcancé Málaga por Casabermeja, donde visité su cementerio, quizás el más hermoso de Andalucía, y por La Viñuela y la Axarquía, paisajes eternos y siempre asombrosos...
Y al llegar a Vélez Málaga, me desvié por la carretera de la costa, donde comí un soberbio gazpachuelo y unos 'pescaítos' fritos maravillosos en Benajarafe, donde un recuerdo a la tía María Vázquez, cuando aquella última comida con ella en la calle, la de aquel día, y otro, eterno también, para Miguel Gómez, donde vivió en su camping, en Valle Niza, antes de instalarse en Benagalbón para morir mirando a su mar, aquella misma mar de la Nerja de su infancia...
Y al llegar a casa, el asombro de la puesta de sol sobre el dormitorio y el salón...
Y al llegar a casa, el asombro de la puesta de sol sobre el dormitorio y el salón...
Cansado, pero contento: de vez en cuando necesito huir...
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