sábado, 12 de diciembre de 2015

ERA AYER...

He dicho asombro donde otros dicen solamente costumbre
J.L. BORGES
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En la primera mañana entré una vez más en El Cementerio Inglés de Málaga. 
Donde Boyd, Jorge Guillén o Gerald Brenan... 
Toda una memoria colectiva de aquella Málaga que siempre fue una adelantada. Aquella Málaga que se acatetó en un tiempo no lejano y que su sociedad civil, como contrapoder, está dinamizando a su pesar...
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Lamentable el comentario demagógico, y al modo púlpito, de una periodista de una cadena de radio que se pregunta dónde han estado estos años los políticos que representan a los partidos mayoritarios de este país, como denunciando que están fuera de la realidad, y aseverando que los únicos que estén en la realidad actual de España son Podemos y Ciudadanos... Y para nota la referencia a la transición y las refundaciones del PSOE y del PCE comparando las tensiones de las direcciones del exilio y del interior, una metáfora desmedida y poco comparable a efectos de comentar la situación al modo discurso editorial, un discurso pobre y falto de rigor mezclando churras con merinas y sin apenas tener en cuenta claves fundamentales de todo lo que nos sucede a diario...
Nada peor que un micrófono para una persona indocumentada que imita a otros mucho más sólidos y solventes. 
Claro que lo mismo habría que preguntarle a ella que qué hacía presentando durante muchos años periodismo amarillo de crónica de sucesos en la TV pública... ¿Acaso también estaba en un exilio interior?
A veces se nos olvida que para dar lecciones hay que ser muy honestos con uno mismo. Y la prensa, cuando toma partido y pierde su independencia, debe ser ejemplar en sus palabras y no olvidar nunca sus actos del pasado y del presente.

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Fue un día inesperadamente soberbio...
Temprano estaba en Málaga capital, en el Paseo de Reding, tomando un segundo café, esta vez con churros, antes de entrar en e Cementerio Ingles de Málaga
Busqué a Jorge Guillén, a Gerald Brenan y a Robert Boyd... 
Y para terminar la primera mañana subí al Parador de Gibralfaro, donde unas vistas eternas y donde el mar de Málaga es más azul y más infinito...
Solo quedaba apenas una hora para un nuevo reencuentro de los niños de Coín en El Palmeral del Puerto de Málaga, donde un almuerzo y unas copas para celebrar la vida...
Y en el regreso al parking, el mar, el castillo...
Y la noche sobre Málaga...
Al cabo de las doce horas desde que salía en la mañana regresaba a casa tras un espléndido e inolvidable día...




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