martes, 22 de abril de 2014

PORTUGAL

Siempre, y desde la primera vez (algunos años después de aquel 25 de Abril de 1974), siempre que entro en Portugal (y son ya muchas las veces), siempre que regreso a sus pueblos, a sus ciudades, siempre, siempre me conmueve el patriotismo de los portugueses... Nunca he sido -ni soy- de patrias ni de fronteras ni de banderas; entre otras cosas, porque han sido sólo excusas de guerras contra los más débiles para arrebatarles la libertad y la felicidad de vivir.

Sí, me sorprendió la primera vez, tras la Revolución de los Claveles, y me sigue sorprendiendo el patriotismo portugués cada vez que entro en aquel territorio que tanto admiro y amo: no hay rincón, plaza, calle o lugar público que no ondee la bandera portuguesa; incluso en balcones de muchas casas particulares.... Y me pregunté siempre por qué en España no tenemos ese mismo sentimiento; y claro, es que no puede haberlo, por varias razones. Y sí, Portugal, como España, fue un Imperio; es verdad que, como España, vino a menos; y es también verdad que, como España, ambos vivimos durante largos años del siglo veinte bajo regímenes dictatoriales eficaces con su poder de penumbras y miedos; pero hubo una diferencia fundamental, más allá de los nacionalismos periféricos españoles y sus culturas, lenguas, etc, que son valores y realidades que hay que tener presente siempre porque no terminaron nunca de adecuarse en un proyecto nacional: la implantación de la República portuguesa, tras la Revolución de 1910 que hizo caer la monarquía y al rey Manuel II, cambió la bandera de la monarquía, como hizo también la República española. Pero cuando Salazar y los militares dieron el golpe fascista de 1926, e instauraron el Estado Novo, mantuvieron la bandera republicana, cosa que no hizo Franco tras el golpe, volviendo a restaurar la bandera monárquica de años atrás (y actual española), eso sí, con la gallina que impuso el régimen fascista de Franco en la bandera monárquica española. Y esa diferencia es fundamental, más allá de que en Portugal hubo un 25 de Abril que acabó con la dictadura y aquí el dictador murió en la cama y sólo hubo un proceso de transición inacabado.

Sí, sostengo que la transición política española está inacabada y que sólo acabará cuando la España ganadora de la guerra civil restituya los derechos de los perdedores, como son el condenar aquellos hechos, condenar los posteriores asesinatos del franquismo, y restituir las heridas de tanto y tanto desparecido, olvidado en cunetas y paredes de cementerios, u olvidados y abandonados en fosas comunes, en montes y valles imposibles y donde no habita el olvido... Y más allá de un replanteamiento competencial del estado hacia un modelo federal, más allá de resolver de una vez el asunto territorial de España, hay que resolver el asunto de los ciudadanos de España; y mientras la derecha política y social española no dé aquel paso que restituya la decencia de la nación española y de sus ciudadanos, en España no habrá un verdadero sentimiento nacional y seguirán habiendo dos banderas, la de los vencedores de un golpe de estado y su consiguiente guerra civil, y la de los perdedores de aquel fracaso colectivo que fue el golpe de estado contra la República y su posterior, inevitable y cruel guerra civil.

Sí, fue un fracaso colectivo todo aquel espanto, pero donde hubo muchos perdedores que aún reclaman sus derechos como ciudadanos decentes que eran y serán siempre en nuestra memoria colectiva.


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