jueves, 9 de agosto de 2012

JUGANDO A QUIJOTE SIN DEJAR DE SER PANZISTA

Como era previsible, ya tuvo su cuota mediática... Sostengo que la vida nos va llenando de tanto escepticismo que cuando llega la experiencia de más de 30 años de vida laboral (lo exigido de cotización para la pensión máxima) uno está tan quemado como "la pipa de un indio", que decíamos... Y si encima, esos más de 30 años (33 para ser más exactos) los has vivido en una atalaya de poder representativo de la ciudadanía a la que se sirve, con más razón para que aquel escepticismo se convierta en acomodamiento, falta de ilusión, y, sobre todo, alcanzar lo que llamo la amargura melancólica de una terrible conclusión: el nihilismo total ante el futuro, pues la política en activo durante tantos años te lleva a la decepción total, un futuro que no existe más allá de lo que nos quede de vida, eso que nos inventamos para sobrevivir en el presente...
Sánchez Gordillo ya nos tiene acostumbrados a sus puestas en escena. Pero esta vez se ha pasado; es verdad que al saber la noticia uno piensa que ya está bien y casi aplaude el gesto; pero partiendo del personaje que parte, dudé de inmediato de mi afecto: después de 33 años siendo alcalde de un pueblo (Marinaleda es un modelo muy sensible a apoyos, pero en el que se potencia la propiedad privada de viviendas en autoconstrucción, subvencionando desde el proyecto hasta los materiales en forma crediticia, que, en cualquier caso, no es exportable al resto de la sociedad española o europea por razones obvias de estructura social y económica), después de 33 años de alcalde, digo, él es el primero en reconocer la falsedad de su discurso y el uso que hace de su poder para obtener y saciar su vanidad y seguir siendo lo que cree que es: un mesías de gente inocente que sobrevive, que no es poco... Pero detrás de este (y de todos) liderazgo demagógico, detrás de este panzista jugando a falso quijote (no olvido que olvidó sus dos sueldos públicos, de maestro y de alcalde), sólo hay una gran mentira y un enorme fraude intelectual.
Es verdad que ya está bien de tanto golfo de guante blanco, de tanto banco especulador salvado con dinero público y de tanta indecencia moral que asola a Europa, pero el delito no se persigue con más delito y, sobre todo, no se combate con demagogias y puestas en escena de payaso. Y más si son lideradas por un diputado: este señor fue elegido para cambiar las leyes o mejorarlas, no para desobedecerlas. Patético fue ver cómo en Canal Sur buscaba la cámara, cual hooligan de fútbol, para salir en el encuadre del reportero con megáfono en mano; payasadas que, indecentemente también y al modo infantil, las aprovecha el Gobierno de España, la sempiterna derecha franquista, que necesita iconos con los que combatir alternativas a su poder, y de paso, desprestigiar al gobierno andaluz tras el fracaso de Arenas, desvirtuando la realidad, pues este personaje se opuso a que su grupo político entrase a formar parte del gobierno, sabedor de que en el Gobierno de la Junta se quedarían sin discurso, como está pasando: cuando hay que tomar partido y gobernar ya sobran los discursos; o sólo se queda su pasado en eso, en discursos; y por lo visto quiere continuar en su Marinaeda otros 33 años más, con sus discursos y sus payasadas...
En cualquier caso, España ha dejado de ser una economía agraria para ser terciaria, y los jornaleros, hasta ayer, eran la mayoría inmigrantes. La desertización de las zonas rurales de Castilla es la plasmación de lo que digo, desertización que sólo se ha frenado en España con la minería y el PER (subvenciones), un PER que en Andalucía ha tenido el éxito de mantener una población rural estable y de haber descongestionado la ciudad y su falta de perspectiva abocadas a bolsas de pobreza en los extrarradios al mode de Madrid y grandes ciudades...
Hoy España es un país estructurado alrededor de grandes capas de clases medias más o menos acomodadas, siendo lo que dice representar Gordillo una infinita minoría, incluso en Andalucía.

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