jueves, 15 de abril de 2010

RELEYENDO LAS MEMORIAS DE CABALLERO BONALD

Contaba padre, a modo de chiste, que no entendía cómo se le llamaba cómoda a la cómoda y cama a la cama, cuando lo verdaderamente cómodo era la cama. Padre, por mor del tiroides y de sus inagotables noches, amanecía muy tarde y amaba profundamente la cama. En sus maravillosas memorias -republicadas recientemente en un solo tomo por Alfaguara-, contaba Caballero Bonald la gran afición de lagunos Bonald para con la cama. Y leo lo siguiente:

"En casa apenas se solía hablar, a no ser a intervalos muy benévolos, de los acostados. No es que fuera un asunto más o menos tenido por inconfesable, es que no parecía merecer ninguna atención especial. ... Si mal no recuerdo, y por lo que yo he podido ir constatando, ha habido hasta cinco acostados en la familia, todos ellos Bonald de primer apellido: abuelo y tía Isabela, que vivían en casa, y luego, cada uno por su lado, tía Carlota, tío Rafael y el primo Rafael. Por supuesto que no todos ellos se instalaron en la cama ininterrumpidamente, pero tampoco ocultaban una manifiesta preferencia por esa posibilidad. A lo que sí tendían sus mayores reservas era a pasarse acostados la mayor parte del tiempo que, en algunos casos, también podía coincidir con todo el tiempo que les quedaba....
No todos los acostados gozaban del privilegio de residir permanentemente en la cama. De pronto, cuando menos oportuno o previsible podía resultar, alguno de ellos decidía vestirse con esmero minucioso, no importaba que a altas horas de la noche, y movilizaba a media casa con la pretensión de charlar con los demás, comer algo o incluso salir a la calle".

---J.M. Caballero Bonald . TIEMPO DE GUERRAS PERDIDAS (La novela de la memoria I. ANAGRAMA-1995)---

Hoy, en una tarde oscuramente grisácea de aguas, mientras recordaba lo que padre nos contaba, aquello de que no alcanzaba a entender por qué a la cama no se le llamaba cómoda, releo este delicioso capítulo que Caballero Bonald titula LOS ACOSTADOS Y OTRAS CONTROVERSIAS...

1 comentario:

  1. Buscando un epígrafe para un texto sobre la horizontal en Descartes, me encontré con éste que me gustó. Descartes escribió su obra acostado en la cama. Por otro lado, la horizontal que permite la cama requiere de un menor esfuerzo muscular para el sostén del cuerpo que otras posturas y así el esfuerzo muscular puede ser utilizado para actividades más creativas.
    Susana Kesselman

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