sábado, 17 de abril de 2010

LOS REFUGIOS...

Lo anunció el calendario, pero aún no ha llegado... Y ya lleva casi un mes de retraso, ese tiempo que, como el que nos toca, ya no volverá...
También anunció el parte meteorológico que hoy tendríamos lluvias; y así ha sido... Y ya tampoco este día, gris y lluvioso como los que nos tocan, volverá...
Y entonces, ya para entonces, sólo nos quedan los refugios... Como este delicioso libro de Sándor Márai, titulado CONFESIONES DE UN BURGUÉS. Dice Márai...

"En la vida no suelen ocurrir cosas importantes. Al volver la vista atrás, al buscar el instante en que ocurrió algo decisivo, algo definitivo e irremediable -la experiencia o el accidente que decidió nuestra vida posterior-, tan sólo encontramos algunas huellas sin importancia, a veces ni siquiera eso. En realidad no existe más experiencia que la familia, como tampoco existe más tragedia que el momento en que te ves obligado a decidir si permaneces en el seno de la familia y en sus variantes a escala más amplia, como la clase social, la ideología, la raza, o bien te marchas por tu propio camino, a sabiendas de que te quedas solo para siempre, de que eres libre, estás a merced de todo el mundo y sólo puedes contar contigo mismo... Yo tenía catorce años cuando me escapé de casa, y después ya sólo regresé de visita, en los días de fiesta, durante breves temporadas; como el tiempo es un analgésico muy fuerte, a veces parecía que la herida había cicatrizado... No pertenezco a nadie. No existe ninguna persona, ni hombre ni mujer, ni familiar ni amigo, cuya compañía yo pueda aguantar durante mucho tiempo, no hay compañía humana, gremio, clase social donde sea capaz de acomodarme; soy un burgués tanto por mis ideas como por mi manera de vivir y mi actitud interior, pero no me siento bien en compañía de burgueses: vivo en una especie de anarquía que considero inmoral y me cuesta mucho soportarlo."

Lo anunció el calendario, pero la primavera se resiste por el sur...

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