lunes, 12 de abril de 2010

JOVENES DE DERECHAS

Siempre me ha deprimido mucho el que haya gente de derechas. Como decía Carlos Ponti, "a mí nadie me ha explicado cómo se puede ser de derechas"... Con todo lo que está pasando en el mundo; con todo lo que ha pasado; sabiendo el origen de todo lo que esta pasando, y el origen de todo lo que ha pasado, ciertamente me deprime -y mucho- el constatar que haya gente de derechas. Y sobre todo, cuando además, y como no podía ser de otra forma, son, en su mayoría, gente económicamente dependiente, asalariados, autónomos... Es decir, trabajadores al fin y cabo, no capitalistas. Las sociedades modernas capitalistas (el primer mundo) las son porque la clase capitalista es una minoría -que, por desgracia- recibe la mayor parte del PIB- y el resto, que por desgracia recibe la menor parte del PIB-, compuesto fundamentalmente por amplísimas capas de clases medias (media-alta, media, media-baja), clases medias que son las que sustentan el sistema, pues son las que consumen, crean riqueza, pagan impuestos y no salen nunca de su miseria económica, pues en ellas están depositadas las bases del mismo sistema. De hecho, cuando empiezan a salir de sus agobios, ¡qué casualidad, aparece una recesión económica que las pone en su sitio de nuevo...! Sostengo que los ciclos del sistema económico capitalista no son más que reajustes del reparto de la renta nacional o global (ya son todas globales), siempre a favor de los capitalistas, nunca de los trabajadores; es decir, el sistema necesita de vez en cuando reajustar los repartos de renta, sobre todo cuando empiezan a ser más favorables para con las fuerzas del trabajo frente a las del capital. Evidentemenente, tras estos ciclos bajistas o recesiones, las recetas de los poderosos son siempre las mismas, para perpetuarlo: menos costes salariales, menos estado y menos impuestos. Lo que acarrea un empobrecimiento a corto plazo, para así volver a sendas de crecimiento con menores costes laborales, lo que implica mayores rentas del capital. Nada nuevo bajo el sol: la historia s erepite una y otra vez. Y claro, si ya me deprime el que haya gente de derechas, el que además muchos de ellos sean jóvenes, para entonces la depresión se transforma en asqueo y rechazo. ¿Qué corre por las venas de esos jóvenes que no sea rebeldía, rechazo, malestar..., esa rebeldía tan necesaria a esa edad para con la vida? ¿Para cuándo la batalla entonces? ¿Para cuándo las impulsivas batallas con sus consecuentes y hermosas derrotas?... Y si me produce decepción el que haya jóvenes de derechas, si además los son en un país como España, donde las derechas nunca han sido (ni lo son en la actualidad) democráticas, entonces... Cuidado, que las izquierdas políticas en España tampoco son lo suficientemente democráticas, como ya se empieza a exigir en el espacio público de la izquierda social. Las izquierdas políticas en España siguen adoleciendo de verdaderos cauces democráticos, con esas endogámicas y obsoletas estructuras de agrupaciones de militantes, que van elevando su representación territorialmente al centro decisorio. Falta, por tanto, transparencia, y dar voz a los votantes y simpatizantes. Esta es una de las grandes asignaturas pendientes de la democracia española y de las izquierdas políticas en particular: más democracia participativa y más transparencia. Profundizar la democracia es un objetivo -y fundamental- que reclama la izquierda social y que la izquierda política tiene que recoger en sus estructuras y en su acción política. Gran parte de la desmovilización de la izquierda política está motivada por esta triste realidad: la falta de cauces participativos más allá de la patrimonialización de los partidos políticos por sus mezquinos militantes, que se han apropiado de unas marcas cuya propiedad la ostenta toda la sociedad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Comentarios