domingo, 24 de junio de 2007

24 DE JUNIO DE 2007

12,30 horas...

En Atapuerca, hace ya más de 1.000.000 de años (sorprende la habilidad de la Iglesia católica para hacernos creer que el mundo comienza a ser moral con el nacimiento de Jesús, el de Nazaret), no sólo vivían los primeros hombres, sino que desde entonces ya el hombre era solidario, conforme las últimas investigaciones sobre el reparto de las cacerías y otros bienes...
Hoy, 1.000.000 de años después, a pesar de los avances tecnológicos, pareciera que aún estamos en la época anterior a Atapuerca: basta ojear cualquier día la prensa, o ver la televisión, para corroborar lo que digo. Quizá el único avance respecto a Atapuerca sea el crecimiento de la mentira como verdad impuesta por los poderosos a través de los mass media, el nuevo vehículo que atormenta, manipula y atontece al común de los mortales, toda vez que las Iglesias han perdido parte de aquella función.
Por eso siempre defenderé medios de comunicación públicos, siempre que de verdad sean públicos y democráticos, y no al servicio del poder de turno; sólo la salvaguarda y defensa de los medios públicos podrá esclarecer y democratizar el bien más supremo hoy: la información. Los medios privados todos responden a intereses concretos, de un empresario, o de un colectivo, o de una empresa, o de una idea. Y se dirá, mientras más mejor, más pluralidad... Pero no conozco ningún medio que defienda editorialmente a los perdedores, a los seres más débiles, a los que necesitan ayuda y comprensión del resto de sus conciudadanos. Todos los que existen los son por representar intereses de los poderosos, más o menos progresistas, más o menos conservadores, pero como empresas que en si mismas necesitan ser rentables; lo que significa, ser consumido por el público que los puede solicitar: es decir, los de siempre, los privilegiados, los más dinámicos y poderosos de la sociedad...
Insisto, reitero: no conozco un medio potente que represente a los perdedores, a los más débiles de la sociedad; a la mayoría de la sociedad. Y que sea participativo y democráticamente gestionado y consumido.
Sólo los medios públicos podrían llevar a cabo ese papel, siempre que fuesen democráticos y controlados democráticamente, no como son en la actualidad: una pantomima costosa de manipulación y mediocridad de contenidos.

19 horas...

Acabo de ver, una vez más, "CIMARRON" (1960), un wester mítico que narra la historia de la colonización de Oklahoma, con el conflicto de los indios desposeídos de sus tierras y los primeros nuevos ricos al calor de los descubrimientos de pozos de petróleo . Anthony Man, su director, refleja en esta película -con esa maestría suya para con las pasiones humanas- los tejemanejes y chantajes que utiliza el poder económico para acallar las voces discrepantes de la sociedad, cuando éstas las portan hombres honestos solidarios para con los débiles, o cuando aquellas las trasladan los incipientes medios de comunicación de la época.
Nada nuevo bajo el sol, pero sorprende, una vez más, esa sutileza con la que los americanos suelen ser sus mejores críticos y sus mejores historiadores. Y todo ello siendo el imperio del horror, el imperio de la ley del más fuerte y el imperio de la doble moral.

23,00 horas...

Glenn Ford, protagonista de "CIMARRON", le manda una carta a su esposa en la película antes de morir como soldado durante la primera guerra mundial, en la que, tras reconocer su fracaso como esposo, le dice lo siguiente: "querida, siento haberte amado".
Hoy, tras una lectura pausada de lo acontecido en la cumbre europea, cumbre que como dice algún editorial, "visto en perspectiva no deja de ser lamentable que se haya logrado (el acuerdo) al precio de rebajar el grado de europeísmo del que los líderes de los principales países de la UE habían hecho gala en la Constitución europea; entre ellos, Tony Blair, que justo en el momento de su despedida tanto ha contribuido a diluir el texto que él mismo había firmado en 2004", será recordada como un retroceso del proyecto europeo de consecuencias incalculables para el futuro.
Para los que siempre quisimos ser europeos, para los que siempre defendimos una europa federal, libre, culta y solidaria, hoy, como Glenn Ford a su esposa en CIMARRON, le decimos a Europa aquello de: "querida, siento haberte amado".

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