Yo vine al mundo el día de aquel Caudillo de las Españas y que siempre llevé muy mal la coincidencia, salvo que era Fiesta Nacional y no había colegio, ese tenebroso colegio de los curas agustinos de Málaga que tanto daño me hizo y que nunca he podido olvidar…
Sí, tal día como hoy, hace ya mucho años, vine al mundo; y no me gustó el mundo que vi… Por fortuna toda mi gente me ha protegido siempre pues se dieron cuenta rápidamente de que el mundo aquel al que vine no me gustaba, me era extraño, me dolía y me sentía ajeno a él; porque, entre otras cosas, maltrataba toda ambición de belleza y ternura…
Como aquel mundo no me gustaba tuve que inventármelo... Y lo fui haciendo a diario, construyendo mi verdad de vida…
Y así, mi patria siempre fue, es y será mi memoria, mis adentros; una memoria que reside en aquellos lugares, aquellos territorios -con sus gentes- donde al regresar siento que nunca me fui, y adonde siempre necesito regresar; para sentirme y reconocerme como lo que soy: un escéptico, a pesar de mi permanente asombro ante toda hermosura, y, sobre todo, un solitario ya sin remedio que sobrevive aún en este mundo que erre que erre repite sus eternos y constantes terribles y espantosos errores...
Un escéptico, sí; sobre todo tras la derrota ante lo imposible de encontrar y sostener ese punto de equilibrio a que obliga la balanza de todo Libra… Eso sí, siempre buscando ese punto de equilibrio, que no de equidistancia: en la vida hay que tomar siempre partido y yo lo tomé cuando había que tomarlo de manera inevitable y urgente…
Y cuando ya apenas queda tiempo, cuando ya se ha quedado en el camino tanta de mi gente (la muerte la viví y la lloré demasiado pronto), tantos amigos, tantos hombres y mujeres queridos y necesitados, reclamo mis patrias, mis tiempos, o sea, mi memoria en aquellos territorios con sus gentes, como una especie de necesidad de reencuentros; y con mis torpezas y mis errores también, pidiendo perdón siempre por aquellos errores y por el daño a terceros que pude hacer y que de seguro hice...
Y así he andado muchos caminos, aquellos que quise o pude al fin transitar... Y heme aquí, derrotado de utopías, sí; escéptico, de manera inevitable, y solitario como un uno, como el día en el que nací en aquel primer octubre de mi vida…
Pero vivo aún, inquieto y con ganas de seguir dando la lata…
Y, sobre todo, dándoos las gracias por aguantarme, mi familia y mis amigos!!!...
……………
P.S.
Recuerdo siempre que mi madre, Doña Lola, era la primera en felicitarme; pero desde que ella no está, hace ya muchos años, el Facebook, el WhatsApp y el teléfono que suena más de lo normal me recuerdan cada 1 de octubre que tengo mucha familia de sangre y, sobre todo, de afecto, y muchos amigos que me felicitarán de nuevo por algo tan hermoso como estar vivo y querer seguir estándolo…. Porque, como dijo Albert Camus: "envejecer es pasar de la pasión a la compasión"... Pues eso…
En todo caso, como ya tengo esa edad en la que se empiezan a cumplir días -que no es un año más vivido sino uno menos por vivir: los que nos queden-, cada día renazco al mundo...
¡Qué grande es vivir!!!...
....................
Lo he dicho muchas veces: para mí la amistad es lo más grande en el mundo sentimental del hombre; porque en la amistad no hay más que afecto y ternura, sin intereses ni egoísmos por muy humanos que sean aquellos intereses o estos egoísmos...
Y por todo esto aprecio y estimo tanto la amistad; amistad que no consiste en el conocer a alguien e intentar usar ese conocimiento para fines espurios o egoístas, cosa que abunda y que se suele "vender" como amistad... Y precisamente por eso que la amistad es tan escasa para un misántropo en progresión geométrica como yo -o para cualquier persona que haya vivido lo suficiente en esta vida tan repleta de vanidades y egoísmos. Y sobre todo, cuando, poco a poco se nos van yendo de nuestra vera aquellas personas que sí han sido, o son verdaderos amigos, por mor de la muerte y sus asuntos...
Pero... Lo digo una vez más: ¡Qué suerte he tenido de nacer y vivir estos años ya idos a diario al permitirme tener tantos amigos aún, de verdad, sin más interés que la honestidad del afecto, un afecto que cuando es de verdad es mutuo!!!...
Gracias a todos por vuestras felicitaciones en el día ya ido de hoy; parabienes que considero recibidos más allá de este día, tan fugaz y anecdótico como la casualidad de toda vida venida al mundo en tiempo y lugar concreto...
Sois adorables, amigos, y os agradeceré siempre haberme dedicado parte de vuestro tiempo, eso que somos y seremos, ese tiempo que nos queda, que dijo el poeta de Jerez...
Gracias de nuevo... Sois como mis dioses en casa...
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Comentarios