sábado, 10 de noviembre de 2018

LA GLOBALIZACIÓN DEL POPULISMO

Muchos son los que culpan a la globalización de la crisis del sistema -y de sus instituciones- que vive el mundo de hoy... Y no sólo estoy en total desacuerdo con ellos, sino que la globalización, que ha sido inevitable como consecuencia de la revolución tecnológica que está viviendo el mundo desde el último cuarto del siglo pasado, es, precisamente, la que ha evitado una nueva guerra mundial...
Sí, es verdad que la globalización, por no tener regulación eficiente ni suficiente, ha provocado una crisis financiera de enormes consecuencias, pero gracias a aquella globalización comercial no ha acabado, repito, como otras crisis del pasado en una gran guerra mundial, porque el mundo se ha hecho tan interdependiente que es imposible la guerra, salvo acciones puntuales de terrorismo marginal y localizado en su origen.
Como vengo sosteniendo, la regulación de la globalización es necesaria para luchar contra la desigualdad que conlleva todo sistema comercial, que sólo será posible globalizando la política; es decir, el estado-nación del pasado ya no es operativo como regulador y como contrapoder ante el incontrolado y excesivo poder de los grandes flujos comerciales de las multinacionales dañando, de paso, la redistribución de rentas en los ámbitos locales, un mundo local que se ve y se siente superado por la realidad...
Un país aislado, soberano e independiente (?) es hoy inviable en el mundo por todas estas razones... Por tanto, ahondar en el proteccionismo y en los nacionalismos sólo es ahondar en el pozo negro sin salidas... Y los que lideran estos discursos lo saben y sólo se aprovechan de la ignorancia de las clases populares temerosas de poder lo conseguido ¿Acaso el proteccionismo y los nacionalismos no fueron los culpables de las guerras y de los conflictos del pasado?
Y claro, ante tanta mentira, tanta falta de respuesta a la inevitable revolución tecnológica, aquella que ha traído la inevitable globalización comercial y cultural, pues eso, aparecen los iluminados predicadores populistas de todo signo metiendo miedo a las clases medias y populares que han visto cómo con la crisis han perdido riqueza y bienestar y han adquirido nuevas incertidumbres...
¿Cómo es posible que Trump vaya de proteccionista, cuando él mismo es el paradigma del sistema como nuevo rico hortera y vulgar al calor de la globalización comercial?
¿Cómo es posible que Iglesias vaya de lo nuevo cuando sólo es un iluminado populista comunista de la escuela Anguita?
¿Cómo es posible la deriva nacionalista en Europa y el secesionismo catalán liderado por los representantes de una burguesía catalana que necesita de la globalización y de la apertura de mercados para el sostenimiento de su poder y de su comercio?
Y es que ante el miedo, ante la falta de respuestas, pues eso, triunfan los mentirosos populistas apoyados por el miedo al pasado de donde venían muchos...
No, la globalización no es el problema, porque además es ya inevitable; el problema es que el populismo, el proteccionismo y los nacionalismos se han globalizado en lo local ante el miedo de los ciudadanos engañados por fascistas, populistas o falsarios, cuando lo que hace falta, como contrapoder, es globalizar LA POLÍTICA a través de nuevas instituciones y nuevos pactos y consensos mundiales que organicen el gobierno del mundo, al menos regulando sus flujos comerciales y financieros...
Es la hora de una nueva ONU y una nueva OTAN que nos protejan a los ciudadanos corrientes de las salvajadas de los poderes tan poderosos del mundo de hoy.


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