miércoles, 7 de noviembre de 2018

IMPUESTO SOBRE HIPOTECAS

Lo que nos faltaba: un Poder Judicial errático en gestionar su actividad (y van unas pocas en poco tiempo), y sorpresa ante lo que se ha oído apenas conocer la resolución del Tribunal Supremo sobre el asunto del impuesto de las hipotecas, como estas:
a) -Muchos han dicho que -¡sólo es un impuesto meramente recaudatorio!, defendiendo el que desaparezca. Y claro lo primero que me pregunto es si hay algún impuesto que no sea recaudatorio para financiar las prestaciones y los servicios públicos. Y conste que no veo ya otra solución que aquella, que desaparezca.
b) -¡La banca gana! Por lo visto aún quedan ingenuos que desconocen que de tener que pagar el impuesto la banca, su montante, el que sea en lo sucesivo, lo repercutirían en mayores comisiones y/o costes de préstamos al consumo o hipotecarios. Porque reclamar con carácter retroactivo no se puede hacer a la banca, puesto que aquel montante que pagó el cliente del banco en forma de impuesto está en manos de las Comunidades Autónomas, no de la banca. La banca no gana, porque el impuesto lo reciben las comunidades autónomas, a las que tendrían que reclamar si hubiese decidido el Supremo que lo pagase la banca con carácter retroactivo; y a futuro, repito, la banca no pierde, porque lo repercute en los precios de sus servicios: comisiones y préstamos.
c) -¡Y habiendo rescatado a la banca qué menos que solidarizarse con los ciudadanos que la hemos rescatado!, han gritado muchos Sí, se ha rescatado a la banca, sobre todo a la semipública de las antiguas Cajas de Ahorro, porque estaba en quiebra. ¿Acaso es preferible que vuelva a necesitar de nuevos rescates si sobre aquella banca se sigue trasladando más costes? ¿Olvidamos que de haber dejado caer a casi la mitad del sistema financiero español se hubiesen cerrado aún más empresas, lo que implica más paro, y hubiesen perdido sus pequeños ahorros muchos millones de españoles?
Ya más tranquilo y descontada la osadía por desconocimiento, sólo veo dos soluciones al problema:
1. Dimisión del Presidente del Tribunal Supremo, tribunal que lleva una racha de errores incomprensibles; sólo así se podrá reiniciar un período de cierta propensión -aunque sea marginal- a la credibilidad de las instituciones judiciales españolas.
2. Que el Gobierno de la Nación anule este impuesto que no existe en muchos países occidentales, compensando financieramente a las Comunidades Autónomas con otras figuras impositivas más trasparentes y claras en sus reglamentos.

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